San Valentín, mis…

Que sí, que sí. Que el día de los enamorados es bonito como un amanecer en sepia, te lo juro por Snoopy. La gente -muy en general- cuando le digo que estoy hasta las narices de la dichosa jornada del “yo te quiero más… no yo, que no tonto que yo más… que no que yo te adoro y te compro un loro” me señala con el dedo y dicta sentencia: “No es sólo el día del novio y la novia… Hay muchas maneras de estar enamorado. Es el día del amoooooor -y sonríen como ovejas en celo-, aunque estés solo”. Y un carajote.

Para los incrédulos que viven enflechados por Cupido, traigo pruebas. Escribo esto a las 1:03 de la mañana del 14 de febrero de 2009. Después de una jornada de trabajo (la del viernes 13, mortal oigan) monumental y de verme obligado a decir adiós a pañoladas a mis amigos camino a la playa, decido que hay que hacer de las crisis una oportunidad y me voy al cine. La opción: ‘El Desafío, Frost contra Nixon’. Hora de comienzo: 00.30 horas. Lugar: un cine con solera.

Las salas de cine me relajan. Son como reflejos de mi rincón favorito de casa esparcidos por el mundo. La sola idea de aislarme durante dos horas me reconfortaba. Muy bien, allá vamos:

-Hola, buenas noches. Una, por favor.

-Buenas noches… -el taquillero mira a mi alrededor, comprueba la situación, y continúa- Va a estar usted solo en la sala, ¿eh?

-Jajajaja, sí, como en casa -dedico mi mejor y más humana sonrisa-

-No, en serio… Va a estar usted solo -seco, muy seco-.

-Aham, sí. Soy consciente.

-Solo en todo el cine. No hay nadie más.

-Sí, gracias por el dato -’touching balls’-.

-Señor, es que no hay nadie más en la sala.

-A ver, caballero… ¿Me está diciendo que prefiere que no entre?

-Sí, eso, gracias por entenderlo. Venga usted mañana.

-No, no, no…un segundo: ¿Y si hubiera venido con pareja, qué?

-Entonces no estaría usted solo.

Hale. Que ni el puñetero Principito celebraba el día de los enamorados solo, seguro que encontraba una flor con la que charlar e ir a ver una puñetera película en el cutre y más que cutre cine en cuestion. Porque mira que hay que ser cutre para echar a tu único cliente de la noche y cancelar la sesión. Melones, que sois unos melones. Bueno, a lo que iba: San Valentín mis cojones.