Popeye y El Capitán América

Hay momentos importantes. Momentos decisivos. Momentos inquietantes. Y, luego, cuando descubres que Robin Williams fue ‘Popeye’ (1980) en una película de Robert Altman (Gosford Park). Fue hace ya mucho tiempo, pero recuerdo que por aquella poca estaba entusiasmado con la idea de que Williams fuera, en realidad, Peter Pan (‘Hook’ de Spielberg). Nada más saberlo, me fui al videoclub para encontrar tal despropósito. Efectivamente, lo fue. Un despropósito total.

Salvando las enormes diferencias, la presentación de Popeye me resulta muy similar a la de Jack Sparrow en Piratas del Caribe. En su versión más cutre y patatera. Lo mejor de la cinta era la escena en la que el colega de Popeye se ponía pujo a base de hamburguesas. Esa parte, hoy, nunca se podría rodar porque las asociaciones considerarían que es una apología de la obesidad infantil. Cosas de la modernidad.

En fin, era cuestión de tiempo que alguien volviera a amenazar con traer al traga espinacas a la gran pantalla. Y con esta efervescencia de las tres dimensiones, no es de extrañar que la futura obra maestra sobre Popeye vaya a hacerse en 3D. Sony Pictures se ha hecho con los derechos del personaje y Avi Arad (Spiderman) será el productor de la película de animación.

Hablando de coitos interruptus, otra de las películas que busque como un famélico en una chocolatería fue la del ‘Capitán América’ (1990). Una chapucería memorable que arremete directamente contra las gónadas del aficionado del cómic. Una patada semejante a la que sentimos ayer cuando se publicó quién interpretará al héroe de Marvel en su nueva versión: Chris Evans, cuyo obra cumbre en su currículum es ser la Antorcha Humana en ese otro despropósito heroico que fue Los Cuatro Fantásticos.