Noche y Día

Estaba yo placenteramente retrepado en el sillón de casa, cuando un taladro comenzó a escarbar en mi ya de por sí escasa paciencia. Eran las nueve de la noche. Tras enzarzarme, desde el balcón, en un intelectual debate a gritos con el buen obrero y utilizar numerosas palabras recurrentes que el diccionario se empeña en no reconocer, decidí huir a un lugar donde vivir fuera una opción: el cine. Les cuento todo este desvarío porque puede que la mala leche que me recorrió todo el cuerpo con el maldito taladro de las gónadas de Neptuno influyera en que una de esas película que su sola presencia dan grima, terminara pareciéndome muy divertida. Les hablo de ‘Noche y Día’, la última de Tom Cruise y Cameron Díaz.

De corazón, no entiendo el fracaso en taquilla de la cinta de James Mangold (‘El tren de las 3:10 a Yuma’, ‘Copland’). Además, me he puesto a revisar las críticas internacionales y, en realidad, ninguna la pone mal. Vale, nadie la describe como ‘una buena película’, pero todos coinciden en que es la clásica opción palomitera para una tarde de verano. Y es verdad, carajo, ‘Noche y Día’ no tiene ninguna gran aspiración cultural, pero ofrece dos horas a caballo entre la comedia y la acción. A veces, incluso, funciona como una parodia de sí misma, lo que le da un punto entrañable.

El guión no es original, para nada. Un agente secreto se choca con la rubia de turno que pasaba por allí y ambos se ven envueltos en una turbia trama de espionaje y acción por todo el planeta. No hay más. Lo irónico del asunto es que la pareja Cruise-Díaz, el auténtico gancho del asunto, son también su principal problema. Si esta película se hubiera estrenado hace diez años, con ‘Algo pasa con Mary’ y ‘Misión Imposible’ al dentes, otro gallo cantaría. Los actores ya no cuentan con el mismo tirón mediático y su caché ya tiene sombras más jóvenes.

‘Noche y Día’ es un entretenimiento estupendo. Y, por si fuera poco, cuenta con una de las escenas que más risas ha provocado en la historia del cine -al menos en España-: los protagonistas huyen en Sevilla de las típicos encierros de San Fermín, con el “a Pamplona hay que ir, con una bota, con una bota” de fondo musical. En serio, ¿en Hollywood no saben lo que es la wikipedia?