Lope en asonante

Ni espadas ni aventuras ni riesgo,

este Lope más que cine es un tedioso aburrimiento.

La promoción venía disfrazada de Última Cruzada

pero si he de ser sincero, con esta gran bobada

he de meter los dedos hasta el fondo de la llaga:

 

Sólo hay una palabra para describir el bodrio entero

No es arte, no es letra, no es rima con esmero.

Es un término que casa con Almodóvar, con Aranda

Vicente Luna y el resto de la chupi panda.

No me gusta decirlo, pero la suerte está echada:

Lope son dos horas de pura españolada.

 

Empalagosa cinta de amoríos y tetas varias,

de un Madrid de barro, lujuria y canas,

donde los actores más que estrellas de teatro

eran la comidilla de los reyes en palacio

 

La presencia en la gesta de los amigos de la Celda

no salva a Lope de ninguno de sus azotes.

Está Malamadre, el cura que hace de compadre;

también la Watling, la que salía de clase

y el tipo que bailaba en Un paso adelante.

 

Ni Fénix ni ingenios ni otros miramientos.

Esto es un truño. Quien lo probó lo sabe.