Chim Chimini

Puede que sea defectuoso. Como ser humano, quiero decir. ¿Saben esa sensación de tener que hacer algo pero lo vas dejando pasar a ver si sucediera un hecho extraordinario que te librase de la tortura? Ya saben, el clásico domingo por la mañana que, al pasar por la cocina, ves la sartén con los restos de la merluza de la noche anterior tan adheridos al metal que ni un misil relleno con Fairy disparado por Don Limpio (Mr. Proper era al principio) podría separar la materia. Piensas: “habría que fregar antes de que se cree un ecosistema que destruya el universo conocido”. Y luego piensas mejor: “O, tal vez, si lo dejo mucho rato la merluza se sintetice con la sartén y mejore la calidad culinaria de los futuros platos”.

Precisamente fue en una sobremesa de domingo cuando descubrí el origen de este razonamiento tan abstracto. Encontré la culpable encubierta: ‘Mary Poppins’. Sí, claro, piénsenlo: ¿por qué soy tan desordenado y cada vez que tengo que hacer una tarea del hogar me pongo a cantar? Efectivamente: espero que la melodía eleve a las escobas de su letargo, que los estropajos bailen de plato a plato y que la basura salga disparada como una flecha de Robin Hood a sus respectivos cubos.

Y, como comprenderán, a estas alturas de la vida uno no está dispuesto a renegar de sus principios. Porque no soy nadie para llevarle la contraria a la señorita Poppins. Les decía que me puse a ver la película en un fabuloso deuvedé repleto de extras y la sensación es que ya pueden pasar cientos de años, que la cinta ha sabido envejecer a las mil maravillas. Es espectacular que después de medio siglo me siga pareciendo estéticamente preciosa y que sea incapaz de imaginar una versión mejor. Ni digital, ni animación CGI, ni 3D, ni los mejores cerebros de Pixar podrían mejorar a los pajaritos que se posan sobre la mano de la buena de Julie Andrews.

La verdad es que no sé si los padres de hoy les pondrán a sus hijos ‘Mary Poppins’. Supongo que hay mucha competencia moderna -Harry Potter, yo te maldigo… Perdonen la bordería con el mago, que sé que hay muchos seguidores. Me doy cuenta y lo reconozco; pero es que lo tengo cruzado-. Tan sólo espero que cuando diga ‘Supercalifragilisticoespialidoso’ delante de mi sobrina no sea el único que vea a las escobas cobrar vida.