Retrasos y piratería

Primer fin de semana de diciembre. Si alguien me preguntara qué estreno ver en el cine, mi respuesta sería clarísima: ‘Fuga de cerebros 2’. ¿Por qué? Por puro respeto al espectador. A saber: ‘La Conspiración’, del polifácetico Robert Redford, se estrenó en abril. ‘Acero Puro’, la apuesta robótica de Disney y Hugh Jackman, octubre. ‘In Time’, la chalaura temporal de Justin Timberlake, octubre. ‘Happy Feet 2’, el retorno de los pingüinos, noviembre. ‘Jane Eyre’, el apasionado pastel con Michael Fassbender -que está en todas-, marzo. Por el amor de dios, ¡marzo!

Ya saben lo que me molesta que las películas lleguen con tantísimo retraso a nuestra cartelera. Ni sé ni entiendo las razones que llevan a las distribuidoras a enviar sus copias con meses y meses de holgura. Me parece un insulto a nuestra inteligencia y una invitación a la piratería. Y, lo que es más grave, la indignación que supone mirar la cartelera que abre diciembre y saber que la inmensa mayoría de películas son restos ya analizados, criticados y, por supuesto, descargados en la red.

No podemos negar la existencia de la piratería. Ni tampoco lo sencillo que es entrar a ciertas páginas y buscar, con suma eficacia, el filme que nos llame la atención. Y los grandes dañados del asunto son las salas de proyección, templos sagrados de las historias, a los que las distribuidoras ignoran con una política de olvidos y dejadez.

El ejemplo más claro de esta semana es ‘Acero Puro’. Una de esas películas que se desvive por su promoción: gasta en carteles, en vídeos, en entrevistas, en televisión… Un bombardeo constante para que nos entre por los ojos y vayamos al cine. A no ser, claro, que te dé por hacer una búsqueda en la red y descubrir las críticas mediocres o, peor, que alguien la ha grabado con su cámara y le ha puesto subtítulos en castellano.

¿Se imaginan cuánto ganaríamos -y ganarían las salas- si respetásemos una Distribución Real? Ni Leyes Sinde ni pamplinas. Pongamos los cerebros a trabajar. Llevan demasiado tiempo a la fuga.