John Carter

Casi al final, uno de los protagonistas mira a John Carter con extrañeza, como pidiéndole explicaciones por lo que acaba de hacer. El héroe le dice “luego te lo explico”. Y esa es la mejor definición para ‘John Carter’, una película que podría haber sido genial de no ser porque se queda a medio camino de todo. Frustrante aventura que se hunde por culpa de un guion forjado por escenas inconexas, personajes sin chispa y un uso fatídico y minúsculo de la emoción. Dos horas angustiosas para todos los que esperábamos ‘el’ film fantástico del año y nos encontramos con un derroche de dinero mal hilvanado que se conforma con abusar de eternos y aburridos diálogos sobre lo valerosos que son sus héroes en vez de mostrárnoslos en acción. Un “luego te lo explico” en toda regla.

La idea es fácil: John Carter viaja a Marte desde un portal escondido en el viejo oeste americano y se ve envuelto en una guerra civil entre las razas que habitan el planeta rojo. Y aquí viene el primer problema: la película tarda muchísimo en empezar con un prólogo en la Tierra excesivo. En cuanto que pone sus pies en Marte, la cinta gana puntos pero los pierde en cuestión de segundos. Se cumplen los rumores que se extendieron hace meses de que Disney había cortado el grifo a Andrew Stanton (‘Wall-e’) en mitad del rodaje, obligándole a convertir en elipsis partes que, suponemos, hubieran enriquecido y cohesionado la cinta. La historia original de Edgar Rice Burroughs (que, por cierto, inspiró ‘La Guerra de las Galaxias’ de Lucas, entre otras muchas) queda desfasada y poco entonada.

Y lo peor es que, de haber dejado a Stanton trabajar, estoy seguro de que hubiera sido una gran película. Hay destellos. Escenas muy potentes, aisladas del resto del metraje, en las que es fácil reconocer la mano de uno de los escritores más talentosos de Pixar. Una lástima de la que solo puedo salvar, y con matrícula, tres elementos: el diseño, la magnífica banda sonora de un siempre acertado Michael Giacchino y el perro marciano. En serio, ese perro marciano con cara de Jabba el Hutt merece una película para él solo.

¿Conclusión? La franquicia de John Carter morirá en nacimiento, dejando un enorme agujero en las arcas de Disney.