Blancanieves, de Pablo Berger

La transformación de Carmencita en Blancanieves es un bello cuento de poderosa imaginería y desgarradora pasión andaluza. Es un álbum de fotos preciosistas, como solo el blanco y negro puede colorear, que es capaz de motear lágrimas, dibujas sonrisas y apelar a la épica del ejército ante la gran batalla final. Es entretenida, quizás un pelín larga, pero alejada de complicadas fórmulas personales, intimistas e incomprensibles. Blancanieves es -me trago mis palabras- una película magnífica.

Por primera vez en la era del remake y la versión moderna, el título es merecido. El guion hace justicia indicando que se inspira en el cuento de los hermanos Grimm porque se apoya en ciertos guiños, en ciertos malabarismos narrativos, para crear una mitología tan atractiva como la clásica. Y ya que estamos ante una película muda, cuyas palabras sobreimpresas en la pantalla podrían contarse con los dedos de la mano, creo que sería injusto darles demasiadas pistas sobre la historia. Digamos que un servidor, que nunca le ha interesado el mundo del toreo ni la farándula andaluza, salió encantado con la epopeya que dirige Pablo Berger.

No dejo de darle vueltas al extraño parecido que le encuentro a ‘Blancanieves’ con ‘El mago de Oz’. La cinta española es el viaje de una niña a un mundo repleto de personajes increíbles, hazañas circenses y la búsqueda, ante todo, de un mago -un padre en este caso- que le abrirá las puertas a un mundo inesperado.

Sería injusto no subrayar el inspirador trabajo de Alfonso Vilallonga, compositor de la música, y Kiko de la Rica, director de fotografía. Pareja que termina de lustrar el acierto de Maribel Verdú, Macarena García, Daniel Giménez Cacho, Ángela Molina, Inma Cuesta, Pere Ponce, José María Pou y Sofía Oria. Ésta última, la pequeña niña Carmencita -con su gallo Pepe-, se lleva, además, mi más sincera ovación.

Quedan dos preguntas en el aire: Una. ¿Hay que ver ‘Blancanieves’? Sí, no dejen que se les escape como ‘The Artist’ el año pasado. Dos. ¿’Blancanieves o ‘Grupo 7’? De eso, amigos, hablamos mañana.