Cómo olvidé a vuestra madre

Atención, pregunta: ¿Cuántos en la sala echan de menos la emoción de la cabecera, los corrillos en la oficina, las infinitas teorías, la filosofía escondida y quizás no pretendida, el misticismo del guiño, el poder de la música en el momento justo, la angustia de tener que esperar una semana, la euforia de una escotilla que se abre, el carisma de un personaje que perdura en los infiernos? Demonios, ¿cuántos echan de menos a Benjamin Linus? ¡¿Cuántos echan de menos ‘Perdidos’?!

Hay grandes series de televisión. Productos que sobrepasan los límites supuestos a la pequeña pantalla. Pero no tengo claro si hay alguna que puede presumir de conjurar el espíritu de ‘Lost’. Evitando por completo el debate sobre el final, echo de menos ‘Perdidos’. Pero, sobre todo, echo de menos una serie que movilice tanto y a tantos. Y creo que tardaremos mucho en ver una revolución parecida.

‘Revolución’, por cierto, es el título de la nueva serie del creador de ‘Perdidos’. Otro intento inútil de vendernos algo como una marca inexistente y que tiene todas las papeletas de desaparecer con las mismas que ‘Alcatraz’, ‘Flash Forward’, ‘Person of Interest’, ‘Undercovers’… A mi me gusta ‘Fringe’. Y ‘Alphas’. Pero ninguna alcanza el nivel friki del Oceanic. Luego están los ‘Breaking Bad’, ‘Boardwalk Empire’, ‘Homeland’ que, pese a su calidad soberana, no han encandilado con tanto tino. Puede que la que más se acerque sea ‘Juego de Tronos’. Pero no sé.

Y lo peor, para acentuar este espíritu pesimista que traigo hoy -y puede que el detonante- sea la desidia que me produce una de las series que más feliz me ha hecho en los últimos años: ‘Cómo conocí a vuestra madre’. ¿Existe una manera peor de cansar a la gente? Por la gloria de Barney Stinson, ¡vuelvan en sí! Por lo menos hay una baza hercúlea y midicloriana que aún sostiene el universo: Sheldon Cooper.