Kame Hame Ha

De repente, hacer una Onda Vital -Kame Hame Ha para los puristas- se convirtió en un acto de rebeldía contra el orden establecido. Fue una época oscura: los traficantes camuflaban la droga en cromos de cartón y los niños merendaban palmeras de chocolate, sin vigilar su colesterol; así, a pelo. Los alumnos salíamos al patio del colegio en silencio y no era hasta que nos sabíamos resguardados de las miradas adultas cuando desatábamos la furia de la Bola de Dragón. Si un profesor aparecía, recomponíamos las formas y guardábamos silencio. Todo porque no descubrieran que detrás de los buenos zagales que aprobaban sus exámenes se escondían Goku, Vegeta, Piccolo y el temible Freezer.

Recuerdo reuniones clandestinas con mis amigos, hablando del temor que rondaba en nuestras familias: “No me dejan ver Bola de Dragón, dicen que es muy violento”, explicaba uno. “Sí, en mi casa dicen que no es bueno para mi educación”, añadía otro. “Y lo peor no es eso -terminaba alguien-, quieren prohibirlo de la tele. Que Canal Sur no lo eche más. Ni eso, ni ningún dibujo animado venido de Japón”. De ahí que atreverse a lanzar una Onda Vital fuera como pronunciar el nombre de Voldemort, muchos años antes de la era Hoggarts.

Pero, amigos, el tiempo pasó. Aprendimos a hacer la técnica Kaito, a presentir la fuerza de nuestros adversarios, a fusionarnos y a cantar, de vez en cuando, aquello de “vamos con afán, todos a la vez…” Y no sólo eso. Aquellos niños crecieron y se interesaron por el manga, el ánime y un inmenso océano de arte audiovisual venido de Japón que empezó a cambiar los términos de juego, descubriendo magníficos productos de entretenimiento y, no se lo pierdan, Arte.

Como les digo, los niños crecieron. Y ahora, como adultos, organizan alucinantes ‘patios de recreo’ como el FicZone, que este fin de semana hará su particular oda a una cultura milenaria, poderosamente visual. Y no lo hace bajo el parámetro de ‘prohibición’ de aquella época oscura, lo hace con un precioso reclamo: “Diversión para toda la familia”. Los tiempos han cambiado, ya no hay nada que esconder. Larga vida al FicZone.