Hoy veré 'El Hobbit 3d 48Fps HDR DUB'… ¿Soy un primo?

Soy uno de los –relativamente pocos, relativamente muchos– que hoy verá ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’ en 48 fotogramas por segundo, HDR, tres dimensiones y doblada al castellano. ¿Soy un primo? ¿Demasiados apellidos para una película que debería expresar más que suficiente con sólo dos palabras: ‘El Hobbit’? Puede ser, pero ya no tiene vuelta atrás. A falta de ver el nuevo trabajo de la banda de Peter Jackson, la única certeza que gasto, horas antes de entrar a la sala, es que será un taquillazo. Un enorme éxito comercial. Y que me he quedado con la cartera más vacía que un guion de ‘Fenómenos’ con la excepción de Julián López, que haga lo que haga me parece siempre genial).

Les he contado muchas veces que soy un absoluto reticente del 3D. Creo que sólo trae problemas, contradicciones y obliga a los directores a perder el foco de lo realmente importante: la historia. No creo que ‘El Hobbit’ sea una excepción. Y, por si se lo preguntan: claro que disfruto con un espectáculo visual de proporciones épicas. Es una herramienta más para empatizar con el espectador, para desarrollar una ilusión consistente. Más, claro, en temáticas fantásticas y de ciencia ficción. Pero, incluso en la más enrevesada historia de robots, aliens, explosiones, viajes interestelares y héroes multitarea, ansío, por encima de todo, un guion atractivo.

Aquí, con las entradas en la mano, recuerdo el inconmensurable fanatismo que despertó ‘Prometheus’, antes incluso de ser estrenada, y el desilusionante batacazo con el que me topé al salir de la sala. Es el ejemplo perfecto: el preciosismo formal para presentar un conato de historia. ¿Tanto hemos educado los sentidos como para que el gran público no exija ‘algo más’? Lo que es peor: ¿Las generaciones que ahora empiezan a disfrutar del cine –pienso en 13, 14 años–, dónde pondrán su vara de medir? ¿Sabrán ver las bondades de ‘Willow’, ‘Regreso al Futuro’ o ‘El ejército de las tinieblas’ sin unas gafas de plástico o un bicho generado a 48 fotogramas por segundo?

Hay sitio para todos. Hay que saber disfrutar de los fuegos artificiales, de Chaplin, de Malick, de Spielberg, de Nolan y de Jackie Chan. Pero también hay un límite que no nos debemos permitir cruzar: respetemos la palabra. Palabras por encima de títulos nobiliarios de inmensos apellidos tecnológicos. Dicho lo cual, veamos ‘El Hobbit’.