Teorías de la competencia. El baño

¿Recuerdan cuando siendo unos zagales imberbes entraron en el servicio de niñas, en el colegio? No me vengan con historias, seguro que fisgonearon alguna vez. Y supongo que las niñas también lo hicieron con el de los niños, pero eso ahora mismo no importa. Permitan que les diga por qué. Cuando los niños entrábamos en el baño de la niñas nos quedábamos alucinados: olía a limpio. Demonios, parecía uno de verdad, ¡como los que hay en las casas! Me imagino que la sensación es parecida a la que sintió Neo cuando Morfeo le habló de Matrix. Un váter limpio, sin ese aroma que corroía los pulmones y nos obligaba a aguantar la respiración antes de entrar a echar el pipí del recreo. Qué pulcritud.

Durante un tiempo, siempre en silencio, deseamos que nuestro cuarto de baño fuera el suyo. Ya saben. Cambiar por una vez, que algún profesor dijera que tocaba canjear baños como si se tratara de pupitres. Pero nunca pasó. Fue entonces, en esos días de olores ácidos y colores pastel, cuando aprendimos lo peligroso que es tener una competencia mejor.

Marvel y DC, las dos grandes compañías de cómics del mundo, son como dos cuartos de baños que compiten por ser el de las niñas. Así, mientras que uno brilla, luce y resplandece (‘El caballero oscuro’), el otro se revuelca en un conglomerado de chorreones (‘El motorista fantasma 2’). Y es curioso porque por más que lo intenten -al contrario que nosotros- nunca se quedan en un único cuarto de baño.

Con el Batman de Christopher Nolan en la memoria, los chicos de DC buscan la manera de salir del baño. Marvel, toda perfumada, presume de su nueva serie de televisión (Agents of S.H.I.E.L.D.) y deja ver las primeras imágenes de ‘Los Vengadores 2: Age of Ultron’. Están encantados de conocerse. Pero, amigos, la competencia mueve montañas, y DC anuncia ‘Gotham’, una serie de televisión en Fox sobre las aventuras del joven detective James Gordon que explorará el mundo de Batman sin Batman. Ya ven, como Los Vengadores sin los Vengadores.

He aquí la teoría: lleva siempre contigo el papel higiénico, nunca sabes dónde vas a entrar.