Hay que ver Kung Fury

Cuando los niños del futuro estudien en clase de Historia los hitos de la era del Internet, aparecerá en negrita la pequeña película sueca que reventó -en todos los sentidos- los cimientos de la lógica: ‘Kung Fury‘. ¿Que no les suena de nada? ¡Pero bueno! ¿Dónde han estado metidos durante los últimos meses? En fin, les cuento:

David Sandberg, un joven sueco con aspiraciones cinematográficas, publicó hace ya más de un año un tráiler de una supuesta película, ‘Kung Fury’. Desde el primer minuto en Youtube, su vídeo creció como la espuma. Era un ejercicio de imaginación ochentera tan brutal que la respuesta fue -casi- automática: ¿Y si hacemos la peli de verdad?

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Al poco tiempo, Sandberg lanzó una campaña de ‘crowfunding’ (eso de financiar entre todos un proyecto) para rodar el film al completo. Una vez más, en cuestión de horas el dinero estaba sobre la mesa. El resultado, como no podía ser de otra manera, llegó ayer a Youtube. Y es Brutal. Muy brutal. Brutalísimo. Una puñetera genialidad.

Es que no se me ocurre ninguna buena razón para que no vean ya ‘Kung Fury’, esa maravilla nacida de una orgía ochentera inenarrable: viajes en el tiempo, máquinas recreativas asesinas, dibujos animados de la vieja escuela, dinosaurios contra robots, Hitler haciendo artes marciales… Es un no parar. Qué gozada. Lo peor, probablemente, es que dura media hora. Solo media hora.

Un aplauso para Sandberg: productor, director, actor y guionista. Querer es poder, amigos.

¡KUNG FURY!