Total Recall (Desafío Total)

El espectador se sentará en la butaca para abandonar una vida mundana y sumergirse en un universo de fantasías palpables que le obligarán a pellizcar su brazo para descubrir si es sueño o realidad. Qué problema, entonces, cuando el sueño que debiera embellecernos con nuevos recuerdos, con nuevas experiencias, con una historia inolvidable, parece un deja vù cutre.

‘Total Recall (Desafío Total)’ es un fraude sin remedio. Al principio, quedamos asombrados con la espectacularidad de los fondos y las persecuciones futuristas. Después, cuando descubrimos que la película es una repetición continua de la misma escena, entendemos por qué el título original en español está entre paréntesis: para recordar que todo parecido con la original es un guiño sin el más mínimo ápice de carisma.

Lo que no entiendo es, puestos a hacer un remake de ‘Desafío Total’, ¿por qué no respetar el guion original en vez de escribir una pamplina tan desbordante? En esta ocasión, la rebelión pasa sin pena ni gloria, el desenlace es de risa y los personajes son flojísimos. Especial mención para Kate Beckinsale, que presenta candidatura para la peor mala de la historia.

Si el espectáculo de luces les justifica la entrada, puede que se entretengan. Ahora, yo tuve que mirar el reloj en un par de ocasiones y, al terminar, me extrañé al saber que solo había durado dos horas -parecen tres-. Lo que les decía el otro día: aquí hace falta una excursión a los páramos de Marte con cierta panda de productores, a ver si se les salen los ojos y les explotan las cabezas. ¿Qué han conseguido con ‘Total Recall (Desafío Total)’? El efecto contrario, lo que no pretendían: que quiera sacar un recuerdo de la cabeza.

 

 

El primer 'Desafío Total'

Era una de nuestras cintas favoritas, ‘Desafío Total’. La grabamos de Canal Plus y le hicimos una caratula con recortes de revistas (era otra piratería, más honrada y artesana). No solo nos encantaba la película, también nos pasábamos horas jugando en el pasillo de casa a que había un enorme ventilador que nos empujaba sin remedio hacia un ‘inhóspito paraje de consecuencias fatales’ -la cocina-, inspirado en las dunas de Marte que concluían la aventura de Douglas Quais (Schwarzenegger).

El tiempo añade plusvalías a las películas, convirtiéndolas en algo mejor -o peor- de lo que originalmente fueron. Éste es un claro ejemplo. Paul Verhoeven interpretó el relato de ciencia ficción de Philip K. Dick con una sinceridad visual muy consecuente con la época: explosiones, aparatos luminosos, bichos inteligentísimos con terribles parecidos a políticos catalanes que salían del estómago de rebeldes y mujeres con tres tetas. Ahora, aquel mundo de fantasía noventera tan palpable se convierte en un páramo de cromas, tres dimensiones y protagonistas que caerían de un soplido en una pelea contra Schwarzenegger. Y me molesta.

Me molesta que se utilice el mismo título para nombrar a dos películas que no son la misma película. Me molesta la vírica manía de producir remakes de films que deberían reestrenarse tal y como lo hicieron veinte años atrás. Me molesta que se vendan como “la versión más auténtica del relato que la inspiró” o “la película que no se pudo hacer en 1990”. Me molesta que crean que los espectadores no sabremos ver las diferencias y que olvidaremos la anterior. Y me molesta que ahora, alguien, pueda recordar ‘Desafío Total’ como la bazofia (basándonos en las críticas que recibió la cinta en USA, que aquí llega, además, con retraso) cutre que protagonizó Colin Farrell.

Voy a ver ‘Desafío Total’ con recelo, mala baba e innumerables ideas preconcebidas de lo que me encontraré. Después, hablaremos de Len Wiseman (‘Underworld’) y su posible entrada en la lista de innombrables de Hollywood. ¿No les gustaría poder mandar a todos los cerebritos de Hollywood amantes de los remakes a las colinas de Marte, a que se les salgan los ojos?