Sólo Dios perdona

Existe una fina línea entre el vídeo-arte y la pamplina. Es como cuando Piero Manzoni, un artista conceptual italiano, rellenó noventa latas de su propia mierda. Es así, la obra se llamó ‘Mierda de artista’. Mientras él pretendía criticar el mercado del arte, sus latas se vendían por un pastizal. ‘Sólo Dios perdona’ cumple con el propósito de Manzoni y lo deja claro en el título: “que Dios me perdone, porque está claro que esto no hay quien lo aguante”, parece decir.

Nicolas Winding Refn vuelve a dirigir a Ryan Gosling tras el éxito del carisma: ‘Drive‘ (2011). Una película inesperada y formidable que enamoró a público y crítica con una chaqueta de escorpión que ya pertenece al imaginario universal del cine. El regreso de Winding Refn tras las cámaras era un evento esperadísimo. Desde las imágenes promocionales al trailer, ‘Sólo Dios perdona’ consiguió que deseáramos entrar en la sala para encontrar otra obra de arte como ‘Drive’… Maldita la hora.

La sensación es parecida a la de ver el álbum de fotos del viaje a Cancún de tus vecinos. Al principio es un “oh, qué lugar tan bonito, qué imágenes tan arrebatadoras”, pero, al cabo de unos minutos, preferirías estar atascado en el váter con una diarrea del quince. ‘Sólo Dios perdona’ son 90 minutos interminables de fotografías magníficas, en silencio, con muy pocos diálogos y una historia que abusa de la poética y el retorcimiento. Les resumo: Crystal (Kristin Scott Thomas) viaja a Bangkok para exigirle a su hijo Julian (Gosling) que vengue a su hermano, un salvaje pederasta traficante de drogas, asesinado por un violento policía. Aderecen con tensiones sexuales no resueltas y posibles incestos sugeridos. Ahí lo llevan.

La violencia, precisamente, es lo que salva algo al espectador de caer en un profundo sueño. Una violencia explícita y brutal que no consigue remontar el resto del trauma pero ayuda a enfocar la ira acumulada por haber pagado la entrada. La cinta de Winding Refn tiene imágenes y secuencias poderosas, lo que invita a creer que, tal vez, la próxima sea más digerible. Si me equivoco, que Dios me perdone, que es el único que puede, pero a mí, la película, me sabe a bote de Manzoni.

solo-dios-perdona-p

Only God Forgives, el tráiler

‘Only God Forgives’ es la nueva película de Nicolas Winding Refn, el director de ‘Drive‘. Y eso tendría que ser más que suficiente para desear ver el siguiente tráiler. Pero, por si no fuera suficiente, sepan que es, probablemente, uno de los mejores tráilers de la temporada. Lo simple es bello. Y brutal. Con todos ustedes, Ryan Gosling y Kristin Scott-Thomas:

Drive

La luz de las farolas entra en el coche de manera intermitente, escondiendo y mostrando el rostro de un conductor (Ryan Gosling), sus manos al volante, el gesto impertérrito, los minutos pasando. Todo va y viene menos sus ojos. El retrovisor produce un curioso efecto cuando no hay luz, dejando sus ojos destacados, como si llevara un antifaz. Ésa es la primera pregunta: ¿Es el antifaz de un héroe o de un villano? Y ése el preciso instante en el que comienzan los cien minutos de cine que le enamorarán. Arranca ‘Drive’.

Elegante. Sobria y Elegante. Cada puñetero plano, cada instante mágico recreando una estética a caballo entre el ahora y los 80, es irremediablemente atractivo. Encandila el coche rodando por una ciudad escondida en las sombras, la parquedad en palabras y, al mismo tiempo, la riqueza de emociones de un protagonista carismático y una chica (Carey Mulligan) que desploma el universo con una sonrisa fascinante. Y el manejo tan profético de los silencios, la contención, la elipsis… Para desembocar en una violencia desmesurada, sangrienta y pasional, que baila al ritmo de Electric Youth.

El conductor es especialista para escenas de acción durante el día y, por la noche, transporta a ladrones por las calles de Los Ángeles. Un tipo sin nombre cuyas señas de identidad son una chaqueta con un escorpión dibujado en la espalda y el palillo de dientes en la boca. Todo cambiará cuando conoce a Irene, su vecina, y se ve envuelto en un asalto que reclamará venganza.

Nicolas Winding Refn (‘Bronson‘) dirige una película redonda, un acierto arriesgado que deja una inesperada sensación de originalidad, consagrando a Gosling como uno de los actores del momento, soberbio en su dual interpretación de un ser intermitente, como la luz de las farolas, brillante en la luz y en la oscuridad. ‘Drive’ es un pacto tácito como el que el conductor realiza con los que se suben en su coche, pero extendido durante todo el metraje: “Tienes cinco minutos. Durante esos cinco minutos, pase lo que pase, soy tu hombre”.