Whedon y Wright, los superamigos

La gran culpable de que tengamos ‘cienes y cienes’ de series y películas inspiradas en superhéroes del cómic es, sin duda, ‘Los Vengadores’. El divertidísimo conglomerado de Marvel llamó la atención de todas las productoras del planeta, añadiendo en sus agendas nuevos proyectos relacionados con el mundillo. La semana que viene se estrena en España (un día antes que en Estados Unidos, alabado sea el señor) ‘Los Vengadores 2: La era de Ultrón’, el ‘más difícil todavía’ de la franquicia que reventará, qué duda, la taquilla mundial.

Joss Whedon, su director, que hizo un trabajo formidable en la primera entrega, ha anunciado que no estará al mando de ninguna película más de ‘Los Vengadores’. Dice que está cansado, que necesita nuevas historias, que el proyecto requiere de cineastas jóvenes… Aunque parece que hay una razón más humana detrás de todo el embrollo. Les cuento:

Whedon es muy amigo de Edgar Wright (’Bienvenidos al fin del mundo’, ‘Scott Pilgrim contra el Mundo’ y, por supuesto, la trilogía Cornetto. ¿Cómo? ¿No has visto la trilogía Cornetto? ¡Vete al videoclub!). Y un gran admirador de su trabajo. Wright iba a dirigir el próximo estreno Marvel, ‘Ant-Man’ (‘El hombre hormiga’, 14 de agosto en España), con un guión que él mismo firmaba. Whedon dijo que una película de ‘Ant-Man’ no le interesaba nada hasta que leyó el texto de Wright: “Es el mejor guión que ha tenido Marvel en su historia”.

Marvel, sin embargo, lo ve muy complejo. Muy fuera de lo que quieren. Y lo censuran, lo cambian y lo revuelven tanto que Wright decide abandonar el proyecto en pleno rodaje. ¿La solución? Poner a Peyton Reed (‘Dí que sí’, ‘Abajo el amor’) a dirigir la película. Whedon, muy dolido, publica que le parece un error tremendo y, a partir de ahí comienza la ‘ruptura’ entre Whedon y Marvel.

Ya ven, la amistad por delante.

corneto

Scott Pilgrim contra el mundo

El sonido de 8 bits es como el primer rotulador que Steve Ditko utilizó para dibujar a Spiderman o el Casio rojo en el que Michael Giacchino aprendió a tocar cumpleaños feliz. Es mucho más que el ‘clin’ que suena cuando Mario sacaba monedas en la Nintendo o las patadas ‘flosh’ de Ryu a Ken en ‘Street Fighter’. Es el origen de una infinidad de consecuencias creativas, uno de los pilares sobre los que se sustentan las historias modernas.

‘Scott Pilgrim contra el mundo’ es una oda a esa esencia. A un mundo que baila entre los videojuegos, el cómic, el cine y la ciencia-ficción. La película de Edgar Wright (‘Zombies Party’) es una imparable sucesión de guiños a la cultura Pop repleta de onomatopeyas, líneas cinéticas, caricaturas y píxeles.

El guión, basado en los seis tomos que componen el cómic, nos presenta a Scott Pilgrim (Michael Cera, ‘Juno’), un bajista veinteañero que toca en un grupo de rock ansiosos por conseguir un contrato discográfico. El chaval, que ha tenido mucha suerte en esto del amor, conoce a Ramona Flowers (Mary Elizabeth Winstead, ‘La Jungal 4.0’) y el flechazo es instantáneo. Sin saber muy bien cómo, termina saliendo con ella, lo que hará que se tenga que enfrentar, en duelos a muerte, a la ‘Liga de los Ex Novios’.

A estas alturas deben haber llegado ya a la siguiente conclusión: es una cinta que encantará a los frikis/geeks. Consigue, sin salirse del lenguaje cinematográfico, trasladarnos la sensación de estar paseando por viñetas, sin olvidar la continua catarata de referencias consoleras (desde Pacman hasta Final Fantasy, pasando por Zelda o Tetris). Pero, además, creo que también divertirá a los profanos en la materia ya que, por encima de todo, son dos horas muy divertidas (¿Yo? Del primer grupo, por supuesto. Y a mucha honra).