De Pacific Rim a Guerra Mundial Z, los estrenos del verano

Aquí me tienen, preparando la maleta. Las vacaciones apuntan maneras y va siendo hora de cerrar el chiringuito. Pero antes de las despedidas –eso lo dejamos para mañana–, hagamos un repaso a los estrenos que nos esperan hasta septiembre. Para que no pierdan bola. Sin tener en cuenta a los ‘Niños Grandes 2’ (sí, lo confieso, yo soy de ese extraño grupo que disfrutó con la primera entrega), la semana que viene llega ‘Ahora me ves’ (Louis Leterrier), cinta de magos que roban a los ricos para dárselo a los pobres que ha cosechado una crítica dispar en USA. Aunque siempre con un denominador común: entretenida.

El 24 de julio, Hugh Jackman se calza las garras de mutante en ‘Lobezno Inmortal’ (James Mangold). Nueva aventura individual del héroe del cómic situada en Japón. Los amantes de las viñetas agradecemos el gesto, ya que el arco argumental del Logan samurái siempre fue muy estético. Veremos los resultados. Superar la anterior es fácil.

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Agosto arranca con ‘Guerra Mundial Z’ (Marc Foster), que tras un rodaje de telenovela, repleto de dimes y diretes con Brad Pitt, llegó hace unas semanas a la cartelera estadounidense con una acogida muy positiva. Convence el espectáculo visual y genera dudas la versión de la novela. Una semana más tarde, el que es posiblemente el estreno más esperado del verano: ‘Pacific Rim’ (Guillermo del Toro). Su apocalipsis de monstruos y robots gigantes tiene encandilado al universo friki, en el que me incluyo muy orgullosamente.

Más cómic también el 9 de agosto con ‘Red 2’ (Dean Parisot), secuela de la divertida aventura de espías jubilados protagonizada por Bruce Willis y John Malkovich. No es la única secuela de cómics, el 30 de agosto llega ‘Kick-Ass 2’ (Jeff Wadlow) –sigo disfrutando como un enano con la primera entrega; es fantástica–.

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La guinda del verano: ‘Elysium’ (Neill Blomkamp), 16 de agosto, esperada vuelta al ruedo del director de la genial ‘Distrito 9’.

El grano: ‘El Llanero Solitario’ (Gore Verbinsky), 30 de agosto, que promete un chasco memorable… ¡Y tiene a Johnny Depp!

Los trailers del Verano

Ahora me ves

Lobezno Inmortal

Guerra Mundial Z

Pacific Rim

Red 2

Kick-Ass 2

Elysium

El Llanero Solitario

Nuevas temporadas

Hace relativamente poco, la imagen que nos venía a la cabeza cuando nos referíamos al “aficionado a las series de televisión”, era un fulano que traicionaba la siesta para descubrir qué le pasaba a Topacio o a Cristal en su nueva e intrigante relación bailonga con agujetas de color de rosa. Cosas de la vida, de un tiempo a esta parte (A.P., D.P.)* confesarse adicto a las series de televisión es poco más que una seña de estilo, erudición y elegancia.

Y ahí estamos. Como lectores de poesía prohibida compartiendo nuestros versos favoritos, desde Scholdfield hasta Heisenberg. Todos nos embrujan con sus malas artes, sus cliftchangers, sus finales engatillados y esas líneas que convierten a un guion en arte (“Las cosas que hago por amor”, Lannister dixit). El problema, amigos, es la sobreingesta compulsiva de televisión que nos ha traído la nueva era. Un menú muy apetecible pero que, admitámoslo, es imposible de ingerir sin abandonar otros ‘alimentos’ también saludables.

No me sobra el tiempo. Además, tengo un ocio tan rico que casi tengo que ordenar mis días libres con un horario laboral. ¿Cuál es el problema? Pues que mientras que la producción de libros o películas mantiene un ritmo constante, las series de televisión nacen a borbotones. En vez de un bebé, cada nueva temporada tenemos partos múltiples que crean la angustia del devorador de series: ¿Qué veo yo ahora?

Estaba revisando la parrilla de las series que están por llegar y, sin contar las nuevas temporadas de Fringe, Walking Dead, Breaking Bad, Dexter, Mad Men, Juego de Tronos, Cómo conocí a vuestra madre, The Big Bang Theory o, qué se yo, House, aparecen títulos interesantes como Alphas, New Girl, Terra Nova, Falling Skies, Person of Interest, Alcatraz… Y un puñado más de estrenos que, confieso, soy incapaz de seguir. Más aún: espero que sean, en su mayoría, un terrible fracaso para no tener que engancharme cuando todo el mundo hable de ellas.

Y digo yo, en vez de producir treinta series al año, ¿por qué no concentran gastos y nos dan las calorías justas y necesarias para la temporada?

*Antes de Perdidos, Después de Perdidos.

Oscar, cuatro meses después

No soy nadie para dar clase de publicidad a los lores del marketing cinematográfico en España. Pero este asunto de los estrenos tardíos –término que no deja de ser irónico- me tiene sobrecogido. A ver, que yo me aclare. La premisa es obvia: aprovechemos que la película está nominada a los Oscar para venderla y que la gente vaya a verla en tropel antes de los premios. En el peor de los casos, recojamos el tirón de una cinta que ha ganado premios o que tuvo cierto éxito en la gala del cine referente en casi todo el planeta. Si parece tan sencillo, ¿por qué lo complicamos?

Este finde se ha estrenado ‘La última estación’. Biopic de León Tolstói coreada y alabada por la crítica internacional. Y, la semana que viene, es el turno de la, ejem, ganadora del Oscar a la Mejor Actriz, Sandra Bullock y su ‘The Blind Side’.

No descartaremos el hecho de que ambas pudieran ser dos mojones de considerables proporciones. O no. Ya las veremos. El caso es que si se trata de vender… ¿No es raro? Sé que este discurso está ya muy mascado, pero en la era del ‘ahora’, del ‘todo inmediato’ y de la ‘globalización’, todo gracias a Internet, no pueden esperar que los tontos españolitos no nos demos cuenta de cómo se parte el pastel.

No es que sea el problema más grave del mundo. Es uno más. Lo que pasa es que en España somos los Jack Sparrows 2.0 por excelencia. Nos gusta piratear tanto como beber cerveza. Pero aún así, y pese a que el código de los piratas sean unas meras directrices, creemos en el honor y en la camaradería. Dennos la oportunidad, déjennos jugar limpio. La apertura del mercado es la mejor manera de ser legales. Y de frenar las violaciones indiscriminadas de deuvedés vírgenes.