El final de Cómo conocí a vuestra madre

Chicos, dejad que os cuente cómo conocí a ‘Cómo conocí a vuestra madre’. En septiembre de 2005 no había tantos seriéfilos como ahora. De hecho, hablar de series de televisión en términos de competencia cinematográfica era una señal inequívoca de que pertenecías a ese tipo de gente que busca la alternativa: frikis. Para que se hagan una idea, por aquel entonces ‘Perdidos’ era un runrún constante en los suburbios de la cultura. Nada comparado con lo que terminaría siendo a partir de su tercera temporada. Y si la famosa isla de J.J. Abrams fue la que reinventó el fenómeno fan en el drama, sería injusto no reconocer que la vida y obra de Ted Mosby lo fue de la comedia.

Creo que fue la necesidad de encontrar sustituta para ‘Friends’ la que nos hizo mirar con buenos ojos a ‘Cómo conocí a vuestra madre’. Hoy, nueve años después, no hay complejos ni dudas: sí que fue la heredera directa de los amigos de Central Perk.

Sí, es cierto. Las últimas temporadas de la serie han dejado mucho que desear. De hecho, nos han desesperado. Pese a su esfuerzo semanal por mantener unos guiones originales, la competencia (y me refiero a The Big Bang Theory) les ha terminado ganando la partida. Es lo que hemos hablado tantas veces: el miedo al final. No han sabido decir «basta» a tiempo. No han querido. Han abusado.

Pero, qué demonios. Queda un capítulo (se emite el lunes en EEUU) por delante para que termine la serie y estoy melancólico. Creo que todos los que hemos seguido las andanzas de Ted, Barney, Robin, Marshall y Lily tememos una extraña sensación de vacío, cuando por fin todo acabe.

Los últimos episodios de la novena temporada están siendo un repaso a los mejores momentos de la serie. Una purga de los guionistas que, sin duda, son conscientes de que han hecho demasiadas cosas buenas como para que el espectador se quede con un mal sabor de boca. Llevamos nueve años esperando el final de ‘Cómo conocí a vuestra madre’. No dudo, ni por un segundo que va a ser legen, un momento, está llegando, ya viene, aquí lo tienen: dario.

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El regreso de Perdidos, diez años después, y las respuestas que esperábamos… o no

Los actores de ‘Perdidos‘ se han reunido este fin de semana con sus creadores, Damon Lindelof y Carlton Cuse, para celebrar el décimo aniversario de la serie (aunque lo cierto es que el episodio piloto se emitió el 22 de septiembre de 2004, así que todavía quedan unos meses para la fecha exacta).

Más allá de lo bonito de ver la foto con Hugo, Sawyer y el resto de la banda, tengo una extraña premonición que se repite como un gazpacho a las cuatro de la tarde: ‘Perdidos’ va a volver. Y cre que esto de celebrar el décimo aniversario no es más que una campaña encubierta para aumentar los niveles de ‘hype’, hacernos olvidar su final y crear de nuevo la necesidad de ver la serie (algo para lo que tampoco necesitarán hacer muchos esfuerzos).

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En fin. Volviendo al evento. Por mucho tiempo que pase, de las muchas preguntas que dejó la serie, hay dos que se repiten con más facilidad. Lindelof y Cuse respondieron así (vía Entertaiment Weekly):

1. ¿Estaban los pasajeros del vuelo Oceanic 815 muertos desde el principio?

(Cuse) “No, no, no. No estaban muertos desde el principio. Aunque aceptamos que se pudo crear un poco de confusión con las últimas escenas. Pero que no, que los personajes, definitivamente, sobrevivieron al accidente de avión y estuvieron en una isla muy real. Claro que, sí que estaban muertos cuando se encuentran en ‘la iglesia’ del final”.

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2. ¿Por qué ese final?

 (Cuse) “Desde el principio sabíamos que, aunque ‘Perdidos’ era una serie sobre la gente que estaba en la isla, metafóricamente también era sobre gente que estaba perdida y que buscaba el verdadero significado de sus vidas. Y por eso creímos que el final debería tener una componente espiritual, algo que profundizara en la idea del destino. Tuvimos muchas discusiones sobre la naturaleza de la serie, durante muchos años, y decidimos que necesitábamos que significara algo para nosotros y para nuestras creencias personales.

(Lindelof) “Para nosotros, una de las conversaciones más constantes con la audiencia era si la isla era un purgatorio y que nosotros decíamos que no era un purgatorio, que era real, que no les íbamos a hacer un ‘Sexto Sentido’. Y está claro que mantuvimos muchos misterios durante la serie, pero los guionistas decidimos intentar responder a un misterio que nunca ha tenido respuesta: ¿cuál es el significado de la vida y qué pasa cuando mueres?

Una pregunta de regalo: ¿Quién fue el personaje más importante de ‘Perdidos’? ¿Jack? ¿Sawyer? ¿Locke? ¿Linus?…

(Damon) “Supongo que habría que señalar al que terminó al cargo de la isla…”

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El final de True Detective

Podríamos estar horas charlando sobre el final de ‘True Detective’, la serie de la HBO protagonizada por Matthew McConaughey y Woody Harrelson. Un capítulo repleto de diálogos brillantes, lecciones de filosofía, acción frenética y un suspense que recorre las entrañas. Todo desarrollado con un talento portentoso tras las cámaras. No hay duda de que la serie de Nic Pizzolatto es un tremendo peliculón que se prolonga durante ocho horas.

En los últimos días he leído de todo sobre esa escena final (tranquilos, no hay spoilers). Gente maravillada y gente decepcionada por esas palabras con las que se cierra la temporada. No quiero entrar a discutir el aspecto narrativo o ideológico de ‘True detective’, tan solo diré que yo pertenezco a los que siguen paladeando el desenlace. Quiero hablarles del término, del concepto, de algo a lo que la industria no nos tiene muy acostumbrados: el final.

Un final, el que sea, pero final. Las historias se escriben con un principio y un final. No son productos que se puedan extender a lo largo del tiempo y el espacio sin importar la merma evidente de calidad. Últimamente son cientos las películas y series de televisión que nacen con el único propósito de rodar una secuela con la que seguir sangrando a los espectadores. Una estrategia para engordar las arcas y estrujar la vaca hasta que desfallezca en el olvido.

Hemos visto pasar por delante de nuestras narices historias que nacieron con un carisma especial y que, por no dejarlas morir, no alcanzaron el final que merecían. ‘True Detective’ pertenece a esa nueva ola que nace para morir, para bordar cada plano, hasta el último, con un objetivo claro, definitivo e indiscutible. Un viaje pleno.

Hagan un pequeño repaso. No sé, a mí, a bote pronto, se me ocurren: ‘Héroes’, ‘El legado de Bourne’, ‘Cómo conocí a vuestra madre’, ‘El Hobbit’… incluso ‘Perdidos’. Todos, antes o después, demostraron su fobia al final. Escritores del mundo, maten a sus historias antes de que ellas caigan en el olvido. Sean valientes, como lo fueron con ‘Breaking Bad’. Dicho lo cual, amigos, vuelvo a insistir:vean ‘True Detective’.

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El final de Lost

Puede que sea el mejor peor guión de la historia, pero nos tiene absolutamente enganchados. ‘Perdidos’ abrió una época innovadora en televisión marcada por el 11-S y por esa sensación de que el mundo, tal y como lo conocíamos, estaba a punto de cambiar. La serie ha conseguido, temporada a temporada, adherir a sus filas a muchos espectadores que renegaron de ella en los primeros días. Los enormes coloquios con el café de la mañana sobre la procedencia de Jacob o las verdaderas intenciones de Linus, llegan a su fin.

‘Lost’ puede presumir tanto de haber tocado el cielo con momentos que ya son parte de la historia de la narrativa (“not penny´s boat”), como de haber buceado en el mayor pecado del entretenimiento: vueltas de tuerca para estirar los capítulos por unos derroteros que no llevan a nada.

En cualquier caso, el final de ‘Perdidos’ marca un hito con –creo- la primera retransmisión mundial en directo de un capítulo. Un capítulo de dos horas y media, lo que lo acerca, bastante, a un rodaje cinematográfico. Y es que, Abrams, Lindelhof y Culse, los creadores de la serie, bebieron mucho del cine para crear ‘Lost’, pero también han dado mucho de qué beber.

Pese a que veo serias lagunas en los últimos capítulos, auguro un final épico. Memorable. Que aumentará la leyenda de los Oceanic Six. Sin embargo, antes de que alguien se me adelante, voy a hacer mi particular Flash Forward sobre ‘Lost’. No sé si será el año que viene o dentro de un lustro. Pero, tarde o temprano, hablaremos de ‘Lost: The movie’.