Una conmoción en la fuerza

Se conoce que, cierta mañana de otoño, George Lucas se resbaló en la ducha, golpeando su cabeza contra la mampara y provocando una conmoción en la fuerza que alteró el destino del universo. Y de los gungans. El director reunió a los caballos, cerdos vietnamitas y gallos del Rancho Skywalker para organizar el que sería su más grande y ambicioso proyecto: La primera trilogía de Star Wars. Urdió un plan maquiavélico para que las películas gozaran de una vida eterna, no gracias a su calidad, cuestionable, sino a un perfecto sistema de republicaciones basadas en el ansia viva del consumidor friki: “Amigos del rancho -dijo, Lucas-, ¿qué os va a que vendo las películas, por lo menos, seis veces?”

El corral, estupefacto, no entendía cómo era posible que una misma película pudiera venderse tantas veces. ¡Y seguir sacando dinero! Así que, muy comedidos, le expresaron al genio creador que, tal vez, se le estaba yendo la cabeza cual morador de las arenas en una piscina cubierta. “No, amigos, nada de eso -respondió-. Primero la estrenaré en el cine, las venderé por separado en VHS y DVD, luego las venderé en un pack de todas las películas nuevas en DVD, luego en un pack de todas, las antiguas y las modernas en DVD, luego, según me dicen mis instintos jedis, la venderé en un formato llamado Blu-Ray, por separado y todas juntitas. Y, para terminar, lo mejor…”

¿Lo mejor, lo mejor? Preguntaban los inquilinos del rancho, más curiosos que una tropa de jawas en un Mediamarkt. “¡Las volveré a estrenar en el cine…en tres dimensiones!” La cabeza les rodó como a Jango Fett por le puerto espacial. El estómago se les revolucionó como aquella vez que el Sarlack estuvo en un self service de Pizza Hut. Las pupilas se tornaron en créditos del imperio al son de la cantina de Moss Eisley. El culo, más torcido que la vez en que Yoda contó un chiste. ¡Bravo, Lucas!, gritaban.

¿Cómo? ¿Que menuda chorrada acaban de leer? Pues que sepan que lo peor es que no debe distar mucho de la realidad. El próximo mes de febrero se reestrena ‘La Amenaza Fantasma’ en 3D. ¿No me digan que no es como para congelar en carbonita a George?