Mamá

La idea del miedo es más poderosa que el miedo en sí mismo. Seguro que conocen a alguien que cuando ve el trailer de ‘Mamá’ en la televisión aparta la mirada o cubre el rostro con la mesa camilla. Eso es generar miedo, generar morbo y, por tanto, engordar la taquilla a base de ‘valientes’ que buscan su dosis de terror. ‘Mamá’ ha hecho los deberes con una campaña de promoción perfecta: una joven promesa detrás de las cámaras (Andrés Muschietti), un productor consagrado cubriéndole las espaldas (Guillermo del Toro), dos intérpretes de moda y unas perturbadoras imágenes de dos niñas correteando como demonios encorvados. La idea del miedo, un éxito. ¿El miedo real, el cinematográfico? Insuficiente.

No soy un gran amante del cine de terror. Es difícil que los sustos y la histeria del grito angustioso me encandilen. Pero es cierto que estoy rodeado de amantes del género que han salido fascinados con la propuesta del recién llegado Muschietti; ahí lo dejo. El caso es que a mí me ha sabido a un chicle estirado, nada comparable al corto en el que se basa. De hecho, ése es su gran problema: el galimatías telenovelesco que rodea al núcleo de la cinta, la inmensa cantidad de excusas para recrearse en los veinte minutos originales.

‘Mamá’ arranca como un cuento de terror, adulto. Una suerte del mito de El Emilio de Rousseau en versión fantasmagórica. Por no destripar mucho, digamos que Lucas (Nikolaj Coster-Waldau) debe hacerse cargo de sus dos sobrinas, abandonadas por su padre en una casa espeluznante. Las niñas, alejadas del recuerdo, se comportan de una manera tétrica y escabrosa, se mueven como arañas y comen como hienas. Annabel (Jessica Chastain, lo mejor de la película), la novia de Lucas, tendrá que hacer de madre de las pequeñas, algo que no le gustará mucho al espíritu que rodea a las pequeñas. En fin.

No me convence mucho en ninguna de sus facetas. Es verdad que hay varios sustos y el ‘bicho’ final es bastante alucinante (y feo como él solo, madre santa; otro éxito del simbionte Javier Botet, actor granadino que siempre logra la excelencia en el arte de la monstruosidad). Pero Muschietti abusa de recursos manidos y un guión retorcido que estropea la pulcritud del corto original. ‘Mamá’ gustará, sin duda, a los amantes del género. A los que no sean tan benevolentes, verán, como poco, visos del prometedor futuro del director, de una idea poderosa.