El obituario que James Rebhorn escribió de su propia muerte

El actor James Rebhorn murió a los 65 años esta semana. Su último trabajo como padre de Claire en ‘Homeland’ no es suficiente honra para uno de esos secundarios típicos del Hollywood de los últimos años. El actor escribió, días antes de su muerte, su propio obituario. Dice así:

«James Robert Rebhorn nació el 1 de septiembre de 1948, en Philadelphia. Su madre, Ardell Frances Rebhorn, le amó muchísimo y le apoyó en todos sus sueños. Ella le enseñó la importancia de la buena educación y la cortesía, y que la hospitalidad no es una tontería. Su padre, James Harry Rebhorn, no le tuvo menos devoción. Gracias a él, Jim aprendió que no hay excusa para no hacer las cosas bien. Un trabajo bien hecho raras veces toma más o menos tiempo que un trabajo mal hecho. Ellos le dieron fe y sabiduría y le animaron a estar en contacto con Dios.

Le sobrevive su hermana, Janice Barbara Galbraith, de Myrtle Beach. Ella fue su amiga, su confidente, y, más a menudo de lo que podría parecer, su puente sobre las aguas turbulentas. También le sobrevive su esposa, Rebecca Fulton Linn, y sus dos hijas, Emma Rebecca Rebhorn y Hannah Linn Rebhorn. Ellas se anclaron a su vida y le dieron la alegría de vivir. Sin ellas, siempre en el centro de su existencia, su vida habría sido poco más que humo. Rebecca le amó pese a sus fallos, y fue el mejor ejemplo para explicar lo que es el amor incesante.

Sus hijas le hicieron sentir tremendamente orgulloso. Su presencia mejora nuestra especie y hacen de este mundo un lugar mejor. Ellas tratan el dolor de una manera diferente, y deben encontrar la manera de gestionarlo a su manera. Él espera, sin embargo, que ellas sufran su pérdida solo el tiempo necesario ya que tienen un gran trabajo que hacer y deben ponerse manos a la obra. El tiempo vuela.

Su ahijado, Ben, también le sobrevive. Jime amó a Ben, al que trató como un hijo propio, especialmente durante sus últimos meses. Sus tías Jean, Dorothy y Florence, numerosos primos y sus familias, y muchos amigos devotos también sobreviven a Jim. Él les amó a todos y supo que ellos le amaron a él».

(Traducción del texto original)

James-Rebhorn

Steve Jobs: Hay un amigo en mí

“Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Ése es el gran problema de los profetas: que las palabras sean verdad. Puede que, después de todo, el producto que mejor vendió Steve Jobs no fuera su iPhone ni su iPod ni su iPad, sino que fuera él mismo. A lo largo de los años, el creador de Apple ha forjado una idea sobrehumana que combinaba talento, imaginación, creatividad y vocación. Una fórmula pasional que le convirtió en el hombre más rico del planeta, “algo que nunca me importó”. 

En los últimos tiempos, muchos quisieron ver a Jobs como el Tony Stark terrenal; el Walter Bishop de esta dimensión. Es obvio que son más que conscientes de los triunfos tecnológicos del tipo de la manzana. Pero, si no les importa, me gustaría subrayar un hecho que no debe ser menospreciado: Steve Jobs, hundido y expulsado de su propia compañía, se reinventó y fundó una de las fábricas de sueños más importantes de nuestra era: Pixar.

1995 parece tan lejano y, sin embargo, es historia viva. Aquel año escuchamos a William Wallace suplicar al espectador por un corazón libre, vimos a Bruce Willis perder la partida con 12 monos y a un Amenábar prometedor sentando sus tesis. Ý también conocimos a Woody, Buzz y el resto de los juguetes de Andy: la primera película de animación hecha completamente por ordenador, ‘Toy Story’.

Pixar fue una revolución: los dibujos animados dejaron de ser parcela infantil, tanto que, diez años más tarde, su impronta llegaría a los Oscars con nominaciones a mejor guion original. ‘Monstruos S.A.’, ‘Buscando a Nemo’, ‘Los Increíbles’, ‘Wall-E’, ‘Up’… Steve Jobs supo contar su historia. Qué duda cabe. Pero, por encima de sí mismo, supo sacar el máximo rendimiento del pixelizado mundo que le rodeaba.

“Vuestro tiempo es tan limitado que no debéis gastarlo viviendo la vida de otro. Creed en vosotros. Sed vuestro mejor amigo”. ¿Recuerdan la canción?