Preguntas sobre Los Oscars

Los Oscars son siempre muy divertidos. Creo que coincidirán conmigo en que ya no es el asunto de premiar o no a una película. Quiero decir, todos tenemos una extraña sensación de ‘compra-venta’ de nominaciones, de que los académicos reciben cientos de deuvedés de películas que, probablemente, no vean. Pero, los Oscars, son un entretenimiento fascinante. Y, pese a la desconfianza, sí que dibujan un panorama muy cercano al mejor cine del año.

Primera pregunta obligada: ¿Qué ha pasado en la categoría de director? ¿No tendría más sentido nominar a diez directores y a cinco películas? A ver, que Kathryn Bigelow y Ben Affleck no entren en el bombo es, simplemente, absurdo. Sus trabajos de este año son fascinantes, tal y como han reflejado, por ejemplo, los Premios de la Crítica –bastante más valientes que los académicos–, concediendo los mayores honores para ‘Argo’.

Este año, y sin que sirva de precedente, coincido con la mayoría de no-nominaciones de la Academia a los estrenos ‘freaks’ de 2012. A saber: ‘Prometheus’ (1), ‘El Caballero Oscuro: la leyenda (0) renace’, ‘Los Vengadores’ (1) y ‘Amanecer parte 2 (-3 y favorita a ‘mejor peor película del año’). Pero, sin duda, el gran fracaso de la temporada reside en la Tierra Media: tres candidaturas para ‘El Hobbit’, frente a las trece que cosechó ‘La Comunidad del Anillo’. Sí, la falta de imaginación y el estiramiento del chicle han pasado factura a Peter Jackson.

Y, por último, una reflexión sobre esta guerra nuestra contra la distribución disfuncional que sufre el cine en España. Vamos allá: el día del anuncio (jueves 10), de las nueve nominadas al Oscar a Mejor Película, cuatro se habían estrenado en España y nueve -me consta- están entre las listas de más descargadas de Internet, en calidad DVD o, incluso, Blu-Ray (siempre en versión original, claro). Situación que se repite con una de las nominadas a mejor guión original, ‘Flight’, de Robert Zemeckis. Hace semanas, meses en algunos casos, desde que se estrenaron en EE.UU.

Es difícil luchar contra la piratería en un campo de estas características y negar la situación no ayuda a nadie. ¿Las víctimas? Las salas de proyección.