RED

El que fuera el empollón de la clase, me confesó, tras su primer día de trabajo, que su jefe era un inepto. “Es torpe, no utiliza los atajos en el teclado, echa cuentas en una libreta en vez de en una hoja de excel, lo tiene que hacer todo a mano y por duplicado… En serio, cuando él va yo ya vengo”. Y con esas estuvo un par de semanas. Que si él era mejor, que si le estaba dejando en ridículo en la empresa. En fin. Hasta que una noche, de cervezas, apareció con la humillación estampada en la cara: “Teníamos que cerrar una negociación. Lo hice rápido y empleé el resto de la jornada en hacer unas llamadas. A última hora, me llamó. Había revisado mi trabajo -con un bolígrafo en la mano, dos veces- y tenía un error que podría haber costado millones. Pero, ¿sabéis que fue lo peor? Que me dijo: no te preocupes, estás aprendiendo”.

La experiencia es un grado. Por eso, ver a Bruce Willis, Morgan Freeman, John Malkovich y Hellen Mirren haciendo el papel de los nuevos héroes de Hollywood, es una delicia. ‘RED’ son las siglas de ‘Red de Espías Desactivados’. Lo que viene siendo ‘espías jubilados’. Frank Moses (Willis) pasa los días en casa, llamando por teléfono a la compañía de seguros para charlar con la chica que le manda los cheques de la pensión. Joe (Freeman) se divierte como puede en una residencia de ancianos, Victoria (Mirren) descansa en una villa a las afueras y Marvin (Malkovich)… bueno, Marvin hace lo que puede para superar los diez años que pasó en un grupo militar de control de mentes. Un día, los que fueron sus colegas de la CIA irrumpen en sus vidas para intentar matarles: la pandilla vuelve al tajo.

‘RED’ es una comedia de acción magnética sustentada en el carisma de Willis y la genialidad de Malkovich, un tándem brillante que les arrancará más de una carcajada. Robert Schwentke (‘Más allá del tiempo’) sigue en su línea de dirigir películas, ante todo, entretenidas, con la extraordinaria habilidad de contentar a las parejas más desavenidas: acción, explosiones y escenas literalmente increíbles con diálogos ingeniosos, romances y grandes toneladas de humor.

En definitiva: cinta sin complejos, absolutamente divertida y que les hará recordar por qué John Malkovich es uno de los actores más talentosos del celuloide.

La jubilación del héroe

Los héroes también se retiran. Los ojos del incauto sólo verán un padre, un marido o un profesor más rellenando los papeles de la jubilación. Verán a uno de esos tipos que pasaron por la vida sin pena ni gloria, hastiados por la rutina. Lo que no saben es que, detrás de la identidad secreta, siempre estuvo la arenga apropiada para hacer que un hijo quisiera más, la caricia oportuna para seguir amando y las emocionadas clases que despertaron una vocación artística.

Nadie vive para trabajar. Pero, a veces, el trabajo nos condiciona la vida. Está claro que los jóvenes, por mucho que hayamos hecho las cuentas, no podemos pensar en cuándo y cómo nos jubilaremos. La reforma de la Ley nos invita a pensar que el descanso se antoja inalcanzable, sólo queda currar. Pero entiendo que para aquellos que rondan los 60, cada acuerdo, cada renovación, pueda provocar un tembloroso y prematuro achaque.

Bruce Willis, Morgan Freeman, John Malkovich y Helen Mirren se han confabulado con la casualidad para convertirse en los héroes de esa generación. Hoy estrenan en España ‘RED’, película dirigida por Reboert Schwentke (‘Más allá del tiempo’, ‘Plan de Vuelo desparecida’) que versiona el cómic de Warren Ellis y Cully Hammer. La cinta trata sobre cómo cuatro espías jubilados se ven obligados a volver a la acción por culpa de un Gobierno incompetente que se quiere aprovechar de ellos. La banda de Willis, a cambio, decide volver a trabajar para tomarse la justicia por su mano: asaltos, asesinatos, misiles volando y explosiones políticas por doquier.

No puedo hablar desde la experiencia, pero supongo que firmar tu jubilación debe ser un evento señalado. Como un cumpleaños. Un día en el que cierras una etapa, quizás la más importante, para ejercer otra más generosa: padre de padres, maestro de maestros. Después de todo, los héroes también se retiran. Aunque nunca del todo.