J. J. Abrams dirigirá Star Wars VII

J. J. Abrams dirigirá la nueva entrega de la saga Star Wars para Disney. No importa cuantas veces lo repitan o si se siente un poco perdidos. J.J. Abrams dirigirá Star Wars VII y Star Trek XII, lo que le convierte en el niño más feliz del planeta. Abrams se hace con el mayor negocio de la historia del cine y adquiere la que es, quizás, la responsabilidad más grande del universo freak. Tal y como ha anunciado la revista The Wrap, que ha dado la noticia, el otro candidato a dirigir era Ben Affleck, opción que, la verdad, después de ver ‘Argo’, hubiera sido apasionante.

Supongo que a estas alturas, una enorme combinación de sensaciones se entremezclan. El tipo que nos dio ‘Perdidos’, ‘Fringe’ y ‘Star Trek’. ¿Qué podemos esperar?

Tengo millones de preguntas en la cabeza, pero, no sé por qué, la primera es esta: si se trata de reinventar la saga, ¿sustituirá Michael Giacchino a John Williams? (No me maten; a mí me encantaría). Más: ¿Veremos a algún personaje de la saga Star Trek interpretar algún papel en la nueva Star Wars? ¿Se convertirá John Locke en un Jedi? ¿Será Benjamin Linus un Sith? ¿Tal vez a los miembros de la familia Bishop? ¿Rodará en 3D o se negará como ha hecho con Star Trek? ¿Cómo empezará la enorme campaña viral -que la habrá- de Abrams en la red? ¿Será J.J. Abrams el gran reencuentro entre trekkies y jedis o creará la mayor de las guerras? ¿Qué opina Lucas de todo esto?

Mi única seguridad con J.J. Abrams y Star Wars: será una película divertida. Y eso es esperar bastante.

Por cierto, me apunto una: el día que Disney compró Lucasfilm dije que sería Abrams. Falta que el guion sea de Joss Whedon y remato.

 

Safety not Guaranteed

En los círculos cinéfilos hay un corrillo que no se disuelve desde hace casi un mes: Star Wars Episodio VII, VIII y IX. Los nombres que acompañan a la compra de Lucasfilm por parte de Disney siguen sonando como ecos de un incomprensible discurso de Yoda. El primero y, a priori, confirmadísimo, es Michael Arndt, encargado de escribir el arco argumental que abarcará la nueva trilogía. Vale que la unión de Disney y Star Wars ha revuelto los midiclorianos de millones de fans, pero Arndt es la primera razón para creer en un producto digno.

Arndt tiene el honor de firmar dos guiones de Oscar: ‘Pequeña Miss Sunshine’ (que lo ganó) y ‘Toy Story 3’ (que debió ganarlo). Su genio creativo y su frikismo confeso, le granjean mi más sincera admiración. Es puro talento.

Pero había que buscar dos nombres que apoyaran la labor creativa de George Lucas desde una óptica continuista. Aquí entra Lawrence Kasdan, que, en calidad de productor, estará presente en toda la labor creativa. Kasdan trabajó en ‘El Imperio Contraataca’, ‘El Retorno del Jedi’ y, atención amantes de los clásicos del PC, el videojuego ‘Shadows of the Empire’. Le acompañara en esta labor Simon Kinberg, escritor de ‘Señor y Señora Smith’, ‘Jumper’, ‘Sherlock Holmes’ y de la prometedora ‘X-men: días del futuro pasado’, secuela de ‘First Class’.

¿Quién será, pues, el director de tan intrigante proyecto? No hay nada confirmado, pero el rumor es cada vez más caudaloso: Colin Trevorrow. ¿Quién? Colin Trevorrow, un completo desconocido cuyo último trabajo se estrenó hace meses en Estados Unidos y aquí, en España, sigue la senda de la genial ‘La Cabaña en el bosque’. Hablamos de ‘Safety Not Guaranteed’, fantástica película de bajo presupuesto en la que una becaria sigue un anuncio de su periódico en la que un hombre busca acompañante para viajar en el tiempo.

La fuerza está en la calle.

La verdadera historia de la Princesa Leia

No sé si la señora Fisher escuchó la voz de un extinto maestro Jedi en sus sueños diciéndole “usa la fuerza, Carrie” y, al despertar, se puso a teclear un exhaustivo y magnífico monólogo sobre su propia vida; una obra de teatro inesperada que funciona como una purga de una historia absolutamente increíble. El caso es que Carrie Fisher, que será recordada -aunque le duela- por su papel como Princesa Leia en La Guerra de las Galaxias, se subió al escenario para dejar al público presente patidifuso. Y, además, con una placentera sonrisa en la cara.

Después de varios meses representado su obra ‘Wishful drinking’, la HBO, que sabe dónde poner la cámara (‘Juego de Tronos’, ‘Boardwalk Empire’, ‘The Wire’, What else?), le propuso a Carrie Fisher convertir su teatro en un documental titulado ‘La verdadera historia de la Princesa Leia’ que es, nada más y nada menos, que la obra grabada y montada para la televisión. Y es una maravilla.

George Lucas me jodió la vida” es la frase más suave del ingenioso monólogo de Carrie, en el que repasa, con ironía, sarcasmo y autocrítica, la pecaminosa vida de sus padres, su tremenda adicción por el alcohol, las pastillas y la que, para ella, son las dos pruebas de su éxito en vida: haber sido elegida la enferma bipolar del año por la asociación de Enfermos Mentales de EEUU y que su cabeza sea un dispensador de caramelos Fez.

Ella es muy consciente del morbo que despierta ver a la guapa y sexy Princesa Leia convertida en una señora gorda, encorvada y anclada a vicios mundanos. Pero, oigan, más quisieran las grandes, bellas y triunfadoras figuras de Hollywood ser tan valientes como Carrie Fisher para salir al escenario a reírse de ella misma. Si tienen oportunidad, no se lo pierdan.

El ataque fantasma

Quiso la casualidad que realidad y ficción se dieran cita con el título de aquel prometedor regreso de George Lucas al universo de Star Wars: ‘La amenaza fantasma’. Ciertamente, las argucias políticas del senador Palpatine y de su pupilo Darth Maul por oscurecer las bondades de la república interestelar eran una amenaza para la estabilidad de los alderaanos, los dueños de una pequeña granja en Tatooine y para el resto de criaturas que disfrutaban del equilibrio de la Fuerza. Pero, amigos de los wookies, la auténtica amenaza nacía más allá de la ficción, en el mundo real: fue la primera gran película en piratearse.

Recuerdo con claridad meridiana cómo se me salían los ojos de las cuencas cuando vi, entre las carátulas del videoclub, ‘La Amenaza Fantasma’. Aún no se había estrenado en el cine y, pese a que corría el rumor de que ya estaban rulando por el mercado negro, no terminaba de creérmelo. Pero claro, aquel cedé era una prueba irrefutable. Tres días más tarde -y hablamos, por cierto, de un par de meses antes del estreno oficial en España- apareció en mi casa, por vías más misteriosas que el nacimiento de Anakin -en serio, no hemos profundizado suficiente en el tema “nació de los midiclorianos”… ¿qué chorrada es esa?-, una copia de la cinta. Nos advirtieron de que la calidad era regulera, que era una copia de una copia de una copia que un tipo hizo con una cámara doméstica en un cine de Michigan. A saber. El caso es que pasamos 60 días mirando el disco, imaginando que un Yoda ausente nos animaba a no darle al play: “Tentaciones has de luchar, calidad jedi disfrutarás en una gran sala podrás. El lado pirata es más rápido, más cómodo, más fácil, ¿pero más poderoso? No”.

Lo conseguimos. Compramos las entradas una semana antes y nos fuimos a hacer cola a las diez de la mañana de un fantástico y soleado viernes. Pasamos seis horas rodeados de un ejército friki que se agolpaba a las puertas de la sala. La mayoría de los presentes -al menos, los que pudimos escuchar- se jactaba de su honradez y nobleza al no haber visto aún ‘La amenaza fantasma’. Todos, de hecho, la teníamos esperando en casa para, muy probablemete, volver a verla en cuanto saliéramos del cine.

Diez años más tarde, esa pasión ha muerto. Y, donde algunos ven sangre y megaupload, otros vemos la dejadez de un negocio que maltrata a los espectadores, que llora por las pérdidas de las descargas y carga contra las posibilidades que ofrece Internet. ¿Qué aprendimos de todo aquello? Una palabra: Screener. Y una verdad: el lado oscuro se extendió.

Star Wars: Underworld

Hace mucho, mucho tiempo, acepté que las historias de la Guerra de las Galaxias me sobrevivirían. La saga de George Lucas es una religión -literalmente- que se amolda sin complejos a lo que pide la taquilla. Una década atrás, la nueva trilogía nació bajo el adjetivo ‘digital’, mostrando un aspecto moderno, con efectos especiales innovadores y una promesa de revolución. En poco más de un mes veremos reestrenada la misma película pero en apasionante y efímero 3D, que es, claro, lo que saca ahora los cuartos de los espectadores.

¿Qué será lo siguiente? Pues ya lo sabemos: televisión. En pleno apogeo del bien llamado ‘nuevo cine’, Lucas y compañía ya anuncian su llegada a la pequeña pantalla con una serie de imagen real que hundirá en el olvido a ‘Los Soprano’, hará indiferente a ‘The Wire’ y quitará todo el carisma a ‘Breaking Bad’. “Lucas is Coming” con un proyecto que, por ahora, se conoce como ‘Star Wars: Underworld’. Nueva saga que se ubica entre el Episodio III y el IV y que no estaría protagonizado por la familia Skywalker.

Dentro de las opciones, me parece una gran noticia porque será -o debe ser- la manera de dignificar a los grandes secundarios: las incursiones de Bobba Fett en el sistema a lo Heisenberg, los trapicheos en la Ciudad Nube en plan Invernalia, la vida de Wedge en la instrucción de pilotos, los duelos de Greengo en Tatooine… Fantastico. Además, sería un maravilloso momento para rescatar las tramas que plantearon los geniales videojuegos que revitalizaron la saga en los 90: ‘X-Wing’, ‘Tie-Fighter’ y ‘Rebel Assault’.

Sin embargo, conociendo el percal, lo más probable es que la serie profundice en la bondad de los gungans, la monería de los ewoks y el tórrido romance de dos wookies asilvestrados -bueno, esto último me haría gracia-.

De lo que estoy seguro es de que, por mucho, mucho tiempo que pase, aquí o en otra galaxia muy, muy lejana, no conseguirán lo que pedía la taquilla de finales de los 70: una gran historia. Larga vida a Lando Calrissian.