Men in Black 3

Lo cierto es que el cine palomitero está de buen año. No diré que llega a las cotas de excelencia y diversión de ‘Los Vengadores’ (es difícil que me vean ceder en esto), pero Men in Black 3 es un entretenimiento bastante aceptable. Después de una poderosísima promoción internacional y unas críticas cariñosas con el trabajo de Barry Sonnenfeld, mis expectativas con lo nuevo de los hombres de negro eran muy altas. Por eso, tal vez, salí de la sala un tanto decepcionado. “No es para tanto”, pensé. Sin embargo, poniendo tierra de por medio, es cierto que el recuerdo es agradable y que, lo más importante, no tengo necesidad de insultar a nadie. En fin:

Boris ‘el animal’ (Jemaine Clement, uno de los protagonistas de la genial serie ‘Flight of the Conchords’) se escapa de la prisión de máxima seguridad para alienígenas construida en la Luna. Al llegar a la Tierra, se hace con un dispositivo para viajar en el tiempo y consigue cambiar la historia, eliminando del mapa a ‘K’ (Tommy Lee Jones). ‘J’ (Will Smith) tendrá que embarcarse en una aventura temporal para evitar, cual Marty McFly, un futuro indeseado.

Está claro que el carisma de Will Smith basta para encadilar al público durante dos horas. El actor cuenta con un ejército de fieles seguidores que le ven con el mismo gusto en ‘Men in Black’ y en ‘Wild, Wild West’. Y, pese a que siempre me cayó en gracia el Príncipe de Bel Air, el gran actor de la película es Josh Brolin (‘No es país para viejos’), que interpreta la versión sesentera de Tommy Lee Jones con un acierto demoledor. El joven goonie puede presumir de haber robado, aunque sólo sea en parte, todo el protagonismo de la cinta.

Conclusiones: si buscan protección solar y dos horas de aire acondicionado con un pasatiempo que no requiera de presencia mental, ‘Men in Black 3’ es su opción. Si, por el contrario, esperan una cinta de ciencia-ficción capaz de expandir su mente, esperen unos meses y la sacan del videoclub.