Big Hero 6

Disney ha tardado diez años en encontrar una excusa para imaginar otro universo de superhéroes y villanos en el mundo de la animación. Y la espera ha valido la pena. Sin superar a ‘Los Increíbles’ (esa película es un milagro), ‘Big Hero 6‘ es un entretenimiento de primer nivel: espectacular, divertidísima y entrañable.

Hiro es un genio de quince años capaz de utilizar la ciencia para hacer realidad todo tipo de máquinas. Un gran poder que, tras un desgraciado accidente, le llevará a adoptar una gran responsabilidad con la creación más gigante, fuerte, globótica, adorable y majísima de su historia: el robot Baymax. La relación entre Hiro y Baymax sentará las bases para un grupo inesperado de héroes que se verán obligados a luchar contra un poderoso rival…

El film que dirigen Don Hall y Chris Williams (autores de ‘El emperador y sus locuras’, injustamente olvidada entre los clásicos Disney) es un continuo guiño a las grandes producciones de Marvel. Es inevitable pensar en Spiderman luchando en el ring o en la Tía May o en el Duende Verde tras esa gloriosa escena final después de los créditos; tan inevitable como encontrar comparaciones con Iron Man y el resto de Los Vengadores. No malinterpreten estos parecidos con una crítica negativa, más bien todo lo contrario, la película es un goce constante para el fan. De hecho, hay muchos más guiños a otras películas y temáticas (‘Godzilla’, ‘Los gatos samurái’, ‘Mazinger Z’ e, incluso, ‘Cómo entrenar a tu dragón’ y ‘Superman’) que enriquecen la experiencia.

Artísticamente, ‘Big Hero 6’ es sobresaliente. Merece la pena subrayar el trabajo creativo de la ciudad, una fusión apasionante entre San Francisco y Tokio que unifica perfectamente el espíritu de la cinta. Y, por supuesto, al robot Baymax que, con toda probabilidad, desearán colocar en su estantería particular junto a Wall-e y Gipsy Danger.

Por si le faltan razones, antes de la película se proyecta el corto ‘Buenas migas’. Una absoluta preciosidad.

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