Cinco ideas para cinco Globos de Oro

Salí de ‘Rush’ con la sensación de que merecía mucho más bombo del que había recibido. La película de Ron Howard es excelente y se gana a pulso elogios y candidaturas. Por eso, su nominación en los Globos de Oro a mejor película (drama) ha sido la que, quizás, más alegría me ha producido. No porque crea que vaya a ganar, que no creo, sino por el, como les digo, honroso reconocimiento a una de las mejores películas del año. Algo que espero tenga su reflejo en los Oscar.

Las nominaciones sirven, ante todo, para crear un clima de interés. El ‘hype’, como dicen los modernos. Y vaya si lo hace. Estas son las cinco que me tienen deseoso de pagar una entrada: ‘12 años de esclavitud’, ‘La gran estafa americana’, ‘Her’, ‘Nebraska’ y ‘A propósito de Llewyn Davis’. ¿Por qué me apetece mucho verlas? Cinco ideas para cinco películas:

‘12 años de esclavitud’: Steve McQueen y Michael Fassbender me convencieron con ‘Shame’, pero resulta que esta vez han convencido, además, a los que no convencieron la primera vez. Esto es carne de Oscar. Lo digo muy convencido.

‘La gran estafa americana’: David O. Russell está en racha. Después de la genial ‘El lado bueno de las cosas’, el director junta a la actriz de moda, Jennifer Lawrence, con la llegada de Batman, Christian Bale, a la comedia.

‘Her’: Spike Jonze vuelve a la gran pantalla, por fin, tras ‘Donde viven los Monstruos’. El poderoso imaginario de Jonze siempre contará con mi beneplácito. Pero es que la historia, el romance entre Joaquin Phoenix y un robot (¿un móvil?), me parece fantástica.

‘Nebraska’: Alexander Payne me hipnotizó con ‘Los Descendientes’ y todavía me dura.

‘A propósito de Llewyn Davis’. Los hermanos Coen de ‘Valor de Ley’ regresan con un drama sobre un músico que se abre paso por Estados Unidos. La historia ha conmovido a la comunidad yanqui y a mí me ha conmovido el tráiler, que es precioso.

Fassbender, Cumberbatch y Ejiofor

La relación entre ‘consolidado gran actor’ y ‘actor de masas’ ha sido siempre muy tortuosa. El que conseguía, por ejemplo, enamorar a millones de fanáticos de todo el mundo poniéndose una máscara o alzando una espada o, simplemente, jugando a los héroes, no era bien visto por la crítica más sesuda y científica (¿tiene sentido? ¿se puede ser científico con el arte?). Y, al otro lado, el que era proclamado mayor intérprete de su tiempo por papeles emocionales y filosóficos de amplio arraigo cultural y social, pasaba desapercibido al gran público. Hay dos nombres que ejemplifican el cambio: Michael Fassbener y Benedict Cumberbatch.

Ambos gozan de alta estima en los ambientes ‘geek’. Se les quiere por sus Magnetos, Davids, Khans, Sherlocks e incluso Smaugs. Pero, al mismo tiempo, cosechan una íntima relación con la cinematografía más pura. Esta semana los dos comparten estreno, una de las películas favoritas en casi todas las categorías para los Oscar de este año: ‘12 años de esclavitud’. La cinta llega acompañada de un enorme catálogo de críticas admirables. Sí, es otra película sobre racismo y esclavitud (llevamos unas cuantas en poco más de un año: ‘Criadas y Señoras’, ‘Lincoln’, ‘Django’, ‘El Mayordomo’…), pero esta vez con la voz de uno de los directores más prometedores de Hollywood: Steve McQueen (‘Shame’).

Fassbender y Cumberbatch son dos pivotes de la trama de ‘12 años de esclavitud’ y ambas interpretaciones gozan de elogios colosales. El film, por cierto, ya lleva numerosos premios de la crítica en Estados Unidos.

Lo curioso del asunto es, quizás, el tercer nombre en discordia: Chiwetel Ejiofor. Un –casi– completo desconocido que protagoniza la película y, dicen, deslumbra. El actor ha entrado de golpe en listas y consideraciones propias de esos actores de método que tanto gustan a los estudiosos del cine. La cara de Ejiofor solo les resultará familiar a los del otro bando, precisamente; a los que disfrutaron de la pequeña resurrección de la nave ‘Firefly’ en la película ‘Serenity’ de Joss Wheedon. Bueno, también era el novio de Keira Knightley en ‘Love Actually’, pero ya saben lo que quiero decir: los frikis dominarán la tierra. Más o menos.