La Red Social

El primer diálogo de ‘La red social’ funciona como un péndulo que terminará hipnotizando sus mentes y les arrebatará toda su atención. Jesse Eisenberg sólo necesita dos segundos para convencernos a todos de que no podría haber un actor mejor para interpretar a Mark Zuckerberg sobre la faz de la tierra. Su mirada perdida, con los ojos bien abiertos, y el ritmo frenético en su parloteo que va y viene por una línea atemporal, dibujan a un personaje del que es fácil sentirse atraído. Alucinado.

Es más que probable que el bombardeo mediático que ha acompañado a la película de Facebook les haya destripado la historia por completo. No importa. Les fascinará igualmente. David Fincher consigue un trabajo brillante, repleto de talento en todos su aspectos: el guión, escrito por Aaron Sorkin (‘El ala oeste de la casa blanca’), es una orquesta acompasada que mezcla los años en la universidad de Zuckerberg con sus primeros grandes éxitos con Facebook -y cómo se convirtió en el multimillonario más joven-. Y ellos, los actores, están soberbios. Andrew Garfield (Eduardo Saverin), al igual que Eisenberg, se han proclamado, con todos los honores, como la nueva revolución de Hollywood (espero que los Oscars no se olviden de ellos). Pero es que Justin Timberlake, contra todo pronóstico personal, está excelente.

La parte técnica tampoco desmerece. Especial mención para la música de Trent Reznor (Nine Inch Nails), original e insaciable, que encaja a las mil maravillas con la locura tecnológica y los primeros planos de Eisenberg que nos empujan a navegar por la copiosa mente del genio.

Pero lo más maravilloso es cómo Fincher nos dibuja un complicado entramado legal, una generación fascinada por las redes sociales y la historia de una de las empresas -ideas- que mejor definen a la actualidad 2.0, para hablar, en realidad, del motor que lleva moviendo al mundo desde el principio de los tiempos. De la única excusa válida, la única inspiración, para mover cielo y tierra: el amor.

Creo que la escena final, por sí misma, es una de las mejores definiciones de la sociedad actual. De los esclavos del F5. “¿Quieres ser mi amigo?”

Por si hubiera dudas: ‘La red social’ es im-pres-cin-di-ble. Ustedes mueven.