Saul Bass: diez vídeos para empezar bien una película

Saul Bass (8 de mayo de 1920, 25 de abril de 1996) es uno de los artistas más emblemáticos de la historia del cine. Y lo es pese a que su nombre no produzca el mismo efecto que invocar a Hitchcock, Scorsese, Kubrick o Wilder. Su estética y su maestría visual ha estado al servicio de algunos de los directores más talentosos del celuloide, dejando una impronta inmortal que aún inspira a cientos de artistas por todo el globo. Aprovechando el maravilloso doodle con el que Google celebra el que sería su 93 cumpleaños, recopilamos diez vídeos de diez películas que no serían lo mismo sin la firma de Saul Bass.

Saul Bass, antes de todo eso, nació en Nueva York, en el barrio del Bronx, en 1920. Desde pequeño mostró sus habilidades creativas y pasaba horas y horas dibujando. Saul Bass estudió en el estudio de Artes League en Nueva York y después en el Colegio de Brooklyn. En éste último fue su maestro Gyorgy Kepes, un diseñador gráfico húngaro que había trabajado con László Moholy-Nagy en Berlín antes de emigrar a los Estados Unidos. Kepes fue el que introdujo a Saul Bass en el estilo Bauhaus de Moholy y en el constructivismo ruso.

Saul Bass decidió trabajar de forma independiente como diseñador gráfico después de empezar a labrarse un nombre en varias agencias de diseño de Nueva York. Cambió su ciudad por Los Ángeles y allí, en 1950, abrió su propio estudio de publicidad. A eso se estuvo dedicando hasta que, cuatro años después, Otto Preminger lo invitó a diseñar el póster para su película Carmen Jones. Saul Bass hizo un trabajo tan genial que Preminger lo contrató para elaborar también los títulos de crédito de su film. A partir de ese momento, el nombre de Saul Bass se convirtió en un habitual de las películas de la época. Fue el responsable de los créditos de ‘La tentación vive arriba’, entre otros, y alcanzó la categoría de maestro con su trabajo en ‘El hombre del brazo de oro’. Alfred Hitchcock quiso también a Saul Bass a su lado, y hasta participó en la famosa película ‘Psicosis’ durante la escena de la ducha, de la que se dice que él fue el responsable del storyboard, aunque Hitchcock nunca lo reconoció.

(Puede leer más sobre Saul Bass y su doodle aquí).

Iniciamos el repaso a 10 (+2) secuencias para empezar bien una película: ‘La tentacón vive arriba’, ‘Vértigo’, ‘Anatomía de un asesinato’, ‘Ocean’s eleven’, ‘Psicosis’, ‘Espartaco’, ‘Goodfellas’, ‘El cabo del miedo’, ‘La edad de la inocencia’ y ‘Casino’.

La tentación vive arriba (Billy Wilder, 1955). Como miles de neoyorkinos, Richard Sherman (Tom Ewell) se ha quedado trabajando en agosto mientras su mujer e hijos disfrutan de unas gratas vacaciones en la playa. Siguiendo las recomendaciones de su esposa, está dispuesto a dejar de fumar, de beber, a acostarse pronto y sobre todo a no echar una cana al aire. Pero la tentación aparece cuando conoce a una despampanente vecina (Marilyn Monroe), tan sexy como ingenua.

Vértigo (Alfred Hitchcock, 1958). Scottie Fergusson (James Stewart) es un detective de la policía de San Francisco que padece de vértigo. Cuando un compañero cae al vacío desde una cornisa mientras persiguen a un delincuente, Scottie decide retirarse. Gavin Elster (Tom Helmore), un viejo amigo del colegio, lo contrata para que vigile a su esposa Madeleine (Kim Novak), una bella mujer que está obsesionada con su pasado.

Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959). Frederick Manion (Ben Gazzara), un teniente del ejército, asesina fríamente al presunto violador de su mujer Laura (Lee Remick). Tras su detención, se celebra el juicio. Su mujer contrata como abogado defensor a Paul Biegler (James Stewart), un honrado hombre de leyes. Durante el juicio se reflejarán todo tipo de emociones y pasiones, desde los celos a la rabia. Uno de los dramas judiciales más famosos de la historia del cine.

Oceans´s Eleven (La cuadrilla de los once, Lewis Milestone, 1960). Once amigos, compañeros de armas en la II Guerra Mundial (1939-1945), planean robar, en una sola noche, cinco de los mayores casinos de Las Vegas. En el año 2001 Steven Soderbergh hizo un remake con un gran reparto: George Clooney, Brad Pitt y Julia Roberts.

Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960). Una joven secretaria, tras cometer un robo en su empresa, huye de la ciudad y, después de conducir durante horas, decide descansar en un pequeño motel de carretera regentado por un tímido joven llamado Norman. Todo parece normal y tranquilo tanto en el apartado motel como en la casa de al lado en la que viven Norman y su madre, pero las cosas no son lo que parecen.

Espartaco (Stanley Kubrick, 1960). Espartaco era un esclavo tracio que fue vendido como gladiador a Léntulo Batiato. En Italia promovió y dirigió la rebelión de los esclavos (73-71 a. C.) contra la República romana. A medida que recorrían el país, innumerables esclavos se iban sumando a la rebelión. Espartaco intentará llegar con su ejército al sur de Italia para embarcarse con rumbo a sus hogares.

Goodfellas (Marin Scorsese, 1990). Henry Hill, hijo de padre irlandés y madre siciliana, vive en Brooklyn y se siente fascinado por la vida que llevan los gángsters de su barrio, donde la mayoría de los vecinos son inmigrantes. Paul Cicero, el patriarca de la familia Pauline, es el protector del barrio. A los trece años, Henry, decide abandonar la escuela y entrar a formar parte de la organización mafiosa como chico de los recados; pero muy pronto se gana la confianza de sus jefes, gracias a lo cual irá subiendo de categoría.

El Cabo del miedo (Martin Scorsese, 1991). Max Cady (de Niro), un delincuente que acaba de ser puesto en libertad tras catorce años entre rejas, busca al abogado Sam Bowden (Nolte), para vengarse de él, pues lo considera responsable de su condena. La presión y el acoso que ejerce sobre la familia Bowden es cada vez más intensa y amenazadora. Remake del filme de J. Lee Thompson «El cabo del terror», de 1962.

La edad de la inocencia (Martin Scorsese, 1993). Nueva York, año 1870. Newland Archer (Daniel Day-Lewis), un caballero de la alta sociedad neoyorquina, está prometido con May Welland (Winona Ryder), una joven de su misma clase social. Pero sus sentimientos cambian cuando conoce a la poco convencional prima de May, la condesa Olenska (Michelle Pfeiffer). Desde el principio, defenderá la difícil posición de la condesa, cuya separación de un marido autoritario la ha convertido en una especie de proscrita dentro de su propia clase social.

Casino (Marin Scorsese, 1995). Las Vegas, 1973. Sam «Ace» Rothstein, un profesional de las apuestas, es el eficaz director de un importante casino que pertenece a un grupo de mafiosos. Su misión es controlar el funcionamiento del negocio y garantizar que la corriente de dinero que va a parar a manos de sus jefes siga fluyendo. Las Vegas es un lugar ideal para millonarios y políticos, pero es también lugar de paso de tahúres, prestamistas, traficantes de drogas y matones. Un día el violento Nicky Santoro, al que sus jefes han encargado que cuide de Sam, llega a Las
Vegas con la intención de quedarse.

 

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La inspiración de Saul Bass va más allá de sus películas. Añadimos dos vídeos extras, el arranque de la serie de televisión ‘Mad Men‘ y la secuencia inicial de ‘X-Men: Primera generación‘, claramente  influenciadas por la estética de Bass. Dos piezas que, pese a la distancia temporal y técnica, merece la pena reseñar.

Mad Men

X-Men: Primera Generación

Hitchcock

¿Quién no se ha obsesionado alguna vez con una rubia? Ya saben: una despampanante, atractiva y sensual rubia de caderas latentes y corazón apaisado. Un ser imposible, inalcanzable, pero siempre motivador. Alfred Hitchcock persiguió durante toda su vida a una rubia de rostros cambiantes y diálogos reescritos con tachones al margen: una nueva historia.

‘Hitchcok’, la película de Sacha Gervasi, no busca el origen del genio ni el suceso que desencadenó su infinita imaginación detrás de la cámara. Sí describe, en cambio, cómo un hombre corriente de sesenta años se niega a dejar que el mundo le jubile. Sí describe una pasión incontenible, una rubia que siempre estará en liza y una película que se rueda en la cabeza de un genio antes de que nadie pueda intuirla: ‘Psicosis’.

Alfred (Anthony Hopkins) acaba de estrenar ‘Con la muerte en los talones’ y todo Hollywood está convencido de que ésa será la cima de la talentosa obra del director. Él no piensa igual. En una brusca búsqueda de nuevas ideas se topa con la novela de un autor desconocido, Joseph Stefano (Ralph Macchio… ¡sí, el de Karate Kid!), que retrata los terribles asesinatos de Norman Bates: ‘Psicosis’. Hitchcock se enamora de la historia pero las distribuidoras no creen que América esté preparada para un film tan sobrecogedor.

Hopkins está muy acertado como Hitchcock, transformado física y espiritualmente en él. Pero el motor de la película es su esposa, una Alma Neville interpretada por Hellen Mirren que funciona como gancho, motor y solución. Destacables también Scarlett Johansson como Janet Leigh y Jessica Biel como Vera Miles, las dos rubias de la historia.

El gran punto a favor de ‘Hitchcock’ es, al mismo tiempo, su gran pecado: es una película ligera. Muy ligera. Acostumbrados a metrajes que sobrepasan con demasiada facilidad las dos horas, una película de 90 minutos es de agradecer. El periplo de Alfred para rodar ‘Psicosis’ es ameno, entretenido y entrañable. Una carta de amor al cine, al arte y a la importancia de abandonar la comodidad –incluso cuando eres una estrella mundial– para conseguir tu mejor trabajo. Sin embargo, esa sensación de fácil entretenimiento es, también, la razón de que ‘Hitchcock’ no haya sido el gran –y profundo– biopic que cabría esperar.

Sea como sea, merece la pena escuchar la frase, brillante, que justifica toda la película: «Por eso me llaman el maestro del suspense».

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