En una época en la que comparar un videojuego con una película era poco más que una catetez, salió a la venta en Japón ‘Metal Gear Solid’, en Playstation (hablamos de 1998). El juego, un remake del original de MSX, se inspiró en el personaje que interpretaba Kurt Russell en ‘1997, Rescate en Nueva York’. Y fue un éxito mundial que disparó las ventas de la videoconsola. Un éxito que se repitió en todas y cada una de las secuelas que vendrían después, durante los últimos catorce años. Hasta hoy.
Era cuestión de tiempo que el producto que hizo temblar los estamentos básicos del cine y los videojuegos, que la historia que funcionó como prólogo de la consolidación de los videojuegos como el ocio más rentable del mundo, terminara siendo una película.
Avi Arad, productor de cine (‘Spiderman’) e Hideo Kojima (creador de la saga Metal Gear y una de las mentes preclaras de Konami) unieron sus voces para lanzar el mensaje: “Durante años he peleado para llevar los cómics a la gran pantalla. Ahora los cómics son el género más importante dentro del cine, y los videojuegos son los cómics de la actualidad. Nos tomaremos nuestro tiempo y escribiremos el guion con toda la cautela, matices e ideología que las historias necesitan”.
El propio Kojimo ha dejado caer los nombres de actores que le gustaría que interpretaran a Solid Snake, el protagonista de Metal Gear: Matt Damon, Hugh Jackman o Ben Affleck. Y, como director, tampoco ha dudado mucho: Christopher Nolan. No me imagino a ninguno de los nombrados dentro del proyecto, pero oye, por soñar que no quede.