In Time

El Banco del Tiempo es una preciosa ong que utiliza como moneda de cambio los segundos, minutos y horas que el voluntario quiera compartir. Es muy sencillo: supongamos que usted habla inglés perfectamente y necesita que alguien le ayude a instalar su nuevo ordenador. La gente del banco del tiempo le indicará quién necesita de su ayuda con el inglés y, por cada hora que dé una clase, recibirá un cheque de una hora -o del tiempo que haya pasado-. Con ese cheque podrá pagar a otro fulano, también miembro de la ong, que es un manitas con las máquinas. El Banco del Tiempo trabaja en muchísimas ciudades españolas, búsquelo, su filosofía es maravillosa: el tiempo es la vida y vida es mientras haya tiempo.

¿Qué haría si cada día fuera el último que va a vivir? ¿Qué haría con sus 24 horas de tiempo? Y si, cada día, pudiera ganarse vivir otro nuevo día, ¿lo intentaría? Andre Niccol (‘Gattaca’, ‘El señor de la guerra’) tuvo una fantástica idea que quiso plasmar en la película ‘In Time’. El dinero ya no existe. Y las personas nacen con un reloj interno que siempre les marca el tiempo que les queda por vivir. Además, el tiempo se compra y se vende. También se roba. Así, los pobres vivirían al límite; los ricos serán inmortales.

Una idea tan sugerente… y tan desaprovechada. ‘In Time’ tiene un enorme fallo que nace de la más pura ironía: le falta tiempo. Tiempo para reposar la idea, para darle sentido, para construir una narración sugerente y poderosa, para no hacer de sus protagonistas dos peleles follarines, para que hubiera sido algo más que Justin Timberlake corriendo por escenarios repetidos hasta la saciedad. Tiempo para escribir la historia que merecía y no otro Robin Hood con aires de Bonnie and Clyde.

Es cierto que la película ofrece un bonito coloquio posterior. Nos invita a reflexionar sobre cómo utilizamos el tiempo que nos ha tocado vivir (Gandalf dixit) y en si dejamos que los minutos se desparramen a lo largo y ancho de una vida que corre sin control. Una vez más, la ironía dicta la conclusión: ‘In Time’ deja que el tiempo se escurra, se desplome, caiga en la más oscura nada. Nada.

Su tiempo vale mucho más. Reflexionen la idea y busquen su Banco del Tiempo más cercano. Eso merecería la pena.