La pregunta es sencilla, la respuesta, no tanto. El concepto de padre tiene tantos adjetivos y verbos adheridos a la palabra, que es difícil pronunciarla y no crear, en una milésima de segundo, un complejo mural de recuerdos propios y ajenos. El cine, por supuesto, aporta grandes dosis de emoción a la respuesta:
¿Qué es ser padre? Padre es inventar un juego de habilidades insondables y misterios enrevesados en un campo de concentración nazi. Es ser capaz de mostrar que detrás de la mayor de las tristezas hay una mota de luz por la que merece la pena soportar lo indecible. Es colarse en una garita y cantar a los cuatros vientos que has soñado toda la noche, que siempre cuidarás de lo imposible, que en el peor momento, en la despedida más final, serás capaz de bailar como un payaso para que las lágrimas se derramen, sin remedio, sobre una sonrisa. La vida es Bella.
¿Que qué es ser padre? Padre es ser un buen bardo. El cuentacuentos capaz de convertir las historias en medicina para el alma. El mito de una vida improbable pero más cierta que ninguna. Inspiración constante en el tecleo de un hijo que busca en su propia historia la historia que guía a la Historia. Es el reflejo de uno mismo en el tiempo: presente, pasado y futuro. Big Fish.
¿Que qué es, además, ser padre? Padre es el rey que carga con la cría hasta lo más alto de la más alta montaña y, desde las alturas, enseña a vivir. Es el portador de la herencia y el preparador de la adversidad. Es el reflejo que dibuja en las estrellas un retrato protector que marca y ordena la vocación más original. El Rey León.
¿Que qué es, por último, ser padre? Padre es una sorpresa inesperada. Una revolución para la narrativa, un disco que sigue girando en formatos de última generación. El Imperio Contraataca.