De Superman a Robocop

¡Señora! Hoy gastamos noticias frescas de las nuevas heroínas del mundo del cómic -o sucedáneos- en la gran pantalla. La bella Julia Ormond (cuyo contorneo de cabello hemos visto desde ‘Sabrina (y sus amores)’ hasta ‘El curioso caso de Benjamin Button’ pasando por ‘Leyendas de Pasión’), acaba de abortar el nacimiento de Superman. O, al menos, el suyo. La actriz ha anunciado que no será Lara, la kriptoniana que da a luz al intrépido Clark Kent. El papel lo retoma Ayelet Zurer (la protagonista de ‘Ángeles y Demonios’), que hará pareja con Russel Crowe.

Si Green Lantern no provoca una concatenación de vómitos incontrolables es por la presencia -que no actuación; no confundir- de Blake Lively. La moza que ganó fama con Gossip Girl suena para protagonizar la versión fílmica de ‘Orgullo, Prejuicio y Zombies’. Un papel que terminaría de consagrarla como nuevo mito entre adolescentes gracias a sus trabajos: sexo juvenil, héroes de cómic y devoradores de cuerpos. Qué mezcla.

Hablando de simpatía: Anne Hathaway. La princesa por sorpresa que inspiró a Belén Esteban se ha hecho un hueco en la franquicia de Cristopher Nolan. Siguiendo la estela de Michelle Pfeifer en Batman Returns (esperemos que ignore los consejos de Halle Berry), nos llegan las primeras imágenes de Hathaway en la piel de Catwoman, en ‘The Dark Knight Rises’. Es pronto para juzgar su presencia en la trilogía, pero tiene toda la pinta de que jugará un papel destacado.

Y por aquello de la paridad, una de actores. El director José Padilha ha pedido a un actor muy concreto para interpretar a Robocop: Michael Fassbender. El actor sigue su meteórica carrera hacia la fama gracias a su memorable Magneto de ‘X-Men: Primera Generación’ y al fabuloso -dicen- trabajo que hace en ‘Shame’. Yo compro.

The Town

El problema de Ben Affleck es empeñarse en ser actor. Como director lo borda: ‘The Town, Ciudad de ladrones’ es un peliculón. El muy cenutrio lleva años haciéndonos creer que lo suyo no es el cine, que estaba de más y que el éxito en su trabajo era una mera casualidad. Pura fortuna física de fama efímera. Y, si le juzgamos por sus trabajos como intérprete (‘Daredevil’, ‘Una chica de Jersey’), es normal que dé un poco de grima pensar que la estrellita americana sea, en realidad, un artista. Subrayen: ar-tis-ta.

El guión, que también firma Affleck, se centra en Charlestown, ciudad americana que destaca por ser la principal cantera de ladrones de los Estados Unidos. Allí, el FBI sigue la pista de una banda de asaltadores profesionales cuyas identidades peligran por culpa de un error durante el atraco a un banco. Pero la magia de la historia reside en la maestría de Affleck para navegar por el barrio, hacernos sentir parte de un gueto marginado que protege, como el mayor de los tesoros, el respeto a sus iguales. El código de honor. Algo parecido al rollo de barrio que ya utilizó con Matt Damon en ‘El indomable Will Hunting’.

El mensaje moral, como suele pasar con este tipo de películas, no es la excusa. Los ladrones roban con amenazas, violencia, disparan sus pistolas y, si es necesario, matan. Es su trabajo y tienen aceptadas las consecuencias.

Pero donde brilla de verdad es en ‘el cine’: el juego de cámaras, de encabalgamientos, de sonidos y silencios, de imágenes poderosas con textos impactantes… ‘The Town’ es puro cine. Puro thriller policíaco con tres secuencias de robos excelentes y un ritmo con fuertes inspiraciones de la televisiva ‘The Wire’.

El único pero es el propio Ben Affleck, en su faceta como protagonista. Si tan solo hubiera usado el mismo talento que tiene detrás de la cámara para elegir a un actor más apropiado que él mismo, estaríamos ante una de las favoritas del año para los Oscar. Menos mal que Jeremy Renner (‘The hurt locker’) y Rebeca Hall (‘Vicky, Cristina, Barcelona’), le ponen el contrapunto y suben la media interpretativa.

Amigos, ‘The Town’, imprescindible.

Las vidas privadas de Pippa Lee

La protagonista de ‘Las vidas privadas de Pippa Lee’ es, irónicamente, una secundaria. Su marido es un conocido escritor, dueño de una prestigiosa editorial. Su hija es corresponsal de guerra y cuenta, con naturalidad, cómo le llovieron bombas una tarde de verano en Bagdad. Su hijo es un joven y prometedor abogado. Y su mejor amiga es histriónica y llamativa. Su mundo está repleto de perfiles llamativos, candidatos a liderar la historia. Sin embargo, una pregunta, durante una cena entre cualquiera, tira del hilo: “¿cuál es el misterio de Pippa?”

La directora Rebeca Miller nos presenta una biografía preciosista que es, en realidad, un canto a la mujer. A su escandalosa ausencia durante siglos y siglos de cuentos y leyendas, relegada a un mero papel presencial como la madre, la hija, la hermana o la amiga del héroe. En este caso, Pippa decide contarnos cómo terminó siendo Pippa Lee, una atractiva cincuentona casada con un hombre 30 años mayor que ella (Alan Arkin).

A través de los saltos temporales, conocemos tres versiones de la protagonista con tres actrices diferentes: su infancia (Madeline McNulty), su juventud (Blake Lively, ‘New York, I Love You’) y su madurez (Robin Wright Penn, ‘Forrest Gump’). Un vibrante repaso a una inesperada lista de pecados, dramas, alegrías y vicios consentidos.

El gran éxito de la cinta reside en los actores, brillantes hasta el apuntador. Alan Arkin y Robin Wright Penn, excelsos. Pero no se quedan atrás los secundarios, Winona Ryder y Keanu Reeves, que, incluso, nos recuerdan que una vez fueron intérpretes. Especial mención para dos chicas: Maria Bello (‘Una historia de violencia’), en el papel de la madre de Pippa; y la casi desconocida Blake Lively, a la que habrá que seguir de cerca. Julianne Moore y Monica Bellucci, pasaban por allí.

Como les decía, una oda a la parte humana más importante del planeta Tierra. La que ha pasado más horas inadvertida y más siglos trabajando de sol a sol. La mitad más representativa del alma, la que no suele clamar protagonismo. Pero que, en el fondo -un fondo rico, florido-, siempre llevaron los pantalones.