La adolescencia es esa época en la que ves, sin lugar a dudas, una escena pornográfica en las cuevas de Altamira. Es así. El adolescente medio aullaría cada vez que viera el contoneo de una zagala, pero no lo hace porque es difícil abrir la boca con tanta baba acumulada. Bueno, ustedes me entienden. Que me imagino que todos pasaron por algo parecido. El caso es que me hace mucha gracia la confluencia de estrenos de este fin de semana. Dos películas, en concreto: ‘Shame’ (Steve McQueen) y ‘Young Adult’ (Jason Reitman).
La primera, protagonizada por dos actores que gozan de un momento de fábula, Michael Fassbender (‘Xmen: Primera Generación’) y Carey Mullighan (‘Drive’), trata de un tipo que está más salido que el pico de una plancha. Y, encima, es guapo. Osea, el sueño de todo adolescente con ansias de retozo. La segunda, dirigida por el ‘buenrollista’ Jason Reitman (‘Up in the Air’), convierte a Charlize Theron en una mujer hecha y derecha que sigue estancada en su adolescencia.
No sé por qué, pero la combinación de ambos estrenos ha rescatado un recuerdo juvenil que tenía en la papelera de reciclaje. Estábamos en clase, en el colegio, en esa época en la que nadie tenía revistas curiosas pero todos curioseaban, y, como buenos aprendices de la vida, nos surgían preguntas irreverentes. Mientras que todos las guardábamos para cuando llegara Internet, uno de los fenómenos de clase, pongamos que se llamaba Pepe, alzó la mano en mitad de clase de Naturalres para hacer una pregunta memorable: “Profe, si le cortamos los pezones a una mujer, ¿saldría leche a borbotones?” Se pueden imaginar las carcajadas y la cara en descomposición del profe. Perdónennos, en la EGB éramos más prácticos.
En fin. Ambas cintas llegan con el beneplácito de la crítica y una tremenda aceptación del público estadounidense. No sé por cuál empezare, pero este fin de semana es buen momento para hacer un bonito ‘remember’, aullar por las esquinas cual adolescente desbocado y recordar las revistas que no leímos. Ahora, curiosearlas…