Rompenieves (Snowpiercer)

El mundo es un tren y sus pasajeros, la sociedad. Cada vagón representa a una clase, ordenadas según su riqueza: cuanto más cerca de la cabeza, más comida y agua; cuanto más lejos, más hambre. ‘Rompenieves’ (‘Snowpiercer’) tiene uno de los planteamientos más originales de los últimos años y es, de manera eficiente, una película de acción que rompe con los cánones establecidos. Su guión, basado en el cómic francés de Jacques Lob; su protagonista, un antihéroe alejado de los arquetipos; su estética, un triunfo ‘indie’ a caballo entre la viñeta y el relato fantástico.

John-ho Bong (‘The Host’) dirige una película con una fuerte carga filosófico. La lectura más superficial desvela un compromiso absoluto por conseguir que el espectador dibuje la línea que nos separa. Aquella línea que nos enseñaban en Historia que ensancha la estadística: los ricos son más ricos y los pobres, pobres serán. Salvando las distancias, Curtis (Chris Evans, ‘El Capitán América’) es una suerte del Neo de Matrix, liderando una revolución que afecta a todo el tren. A todo el universo.

El film, una producción a dos mares entre Corea del Sur y Estados Unidos, puede no contar con los mejores efectos especiales, pero se sostiene gracias a un guión sólido y un elenco de intérpretes de primer orden. Además de Evans, muy correcto, ‘Rompenieves’ cuenta con Jamie Bell (‘Billy Elliot’), John Hurt (‘V de Vendetta’), Ed Harris (‘Camino a la libertad’), Octavia Spencer (‘Criadas y Señoras’) y una irreconocible Tilda Swinton (‘Moonrise Kingdom’).

La propuesta de Bong es francamente recomendable por dos razones: no es una película a la que estemos acostumbrados y cargará su mochila personal de una experiencia entretenida, reflexiva y emocionante. Una lástima el miedo que ha corroído a las distribuidoras, dejándola de lado de la inmensa mayoría de cines españoles. Al menos, si cuenta con Canal+ o Yomvi, pueden verla en casa.

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El Capitán América: El soldado de invierno

Steve Rogers, más que por sus extraordinarias habilidades físicas como el Capitán América, guarda su encanto en dos factores: es una reliquia repleta de valores férreos que no envejecen; y es un líder. Hasta ahora, tanto en ‘El primer vengador‘ (Joe Johnston, 2011) como en ‘Los Vengadores‘ (Joss Whedon, 2012), habíamos visto la primera mitad. Un personaje insuficiente. ‘El Capitán América: El soldado de invierno‘ es el marco perfecto para conocer al súper soldado de los cómics, al héroe vocacional. Al líder incorrupto. Y, además, una película magnífica.

Aún sigo con la pregunta en la cabeza: ¿es el mejor film de Marvel hasta la fecha? Tal vez es la adrenalina del momento -hace pocas horas que salí de la sala-, pero he llegado a compararla con ‘Los Vengadores’ y eso, amigos, es mucha tela. El guión es un acierto: inspirado en el cómic homónimo, suma lo mejor de la saga ‘Ultimates’ y algunos retales de la ‘Guerra Civil’. Acción, suspense e intriga combinan en la que es, salvando las distancias y permitan la osadía, ‘El Caballero Oscuro’ de Marvel (Batman es otra liga, otro estilo).

La dirección es, extrañamente, muy correcta. Los hermanos Anthony y Joe Russo sorprendieron tanto a Disney que, nada más terminar el primer visionado de ‘El soldado de invierno’, cerraron el contrato para una película más. Una sorpresa que gana gigantismo cuando se descubre que su anterior y único trabajo tras las cámaras de cine es la deplorable comedia ‘Tú, yo y ahora… Dupree’ (2006). Los Russo ruedan algunas de las mejores escenas de acción del año: el Capi, Falcón, la Viuda Negra y Nick Furia se salen de la pantalla. Y está Robert Redford, por el amor de Dios.

Queda, por supuesto, el espíritu Marvel: magnífico. Los guiños (ese diálogo que deja caer el próximo héroe que llegará a la gran pantalla), las conexiones con el resto de historias -incluida la televisión-, las escenas tras los créditos… Es un compendio de felicidad para el amante del ‘género Marvel’ que discurre hasta en los títulos de crédito, preciosos.

No pregunten de qué va la película. Es el Capi en todo su esplendor y se lo van a pasar en grande.

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Los Perdedores

El gran problema de ‘Los Mercenarios’ fue que desaprovechó todo el carisma de sus protagonistas con una historia excesivamente nimia. Está claro que nadie le pide a una película de acción un trasfondo inspirado en la obra de Dostoievsky, pero los aficionados al género hubiéramos agradecido un pelín más de chispa en el guión, en los diálogos y en el desarrollo de los secundarios. ¿Qué esperaba yo, entonces? Algo parecido a lo que vi en ‘Los Perdedores’.

Sylvain White dirige la versión cinematográfica del cómic ‘The Losers’ (publicado por DC Vértigo), una cinta que en Estados Unidos cosechó cierto grado de interés y que en España ha sido estrenada directamente en DVD/Blu-ray. Ya saben. Y eso que entre los actores protagonistas tenemos a gente muy de moda: la bellísima Zoe Saldana (‘Avatar’, ‘Star Trek’), el futuro Capitán América Chris Evans, el ascendente Idris Elba (‘The Wire’, ‘Thor’) o el españolísimo Óscar Jaenada (que, por cierto, también aparecerá en ‘Piratas del Caribe 4’, que la sombra de Pe es alargada).

‘Los Perdedores’ es la mezcla exacta entre ‘El Equipo A’ y ‘Los Mercenarios’. A saber: un grupo de militares más habilidosos que McGyver en el garaje de Fernando Alonso son traicionados durante una misión en Bolivia. Convertidos en fugitivos, comienzan la persecución del malo de turno -rico, fanfarrón y poderoso- en pos de una venganza explosiva y un final de infarto.

Lo que viene siendo una película de acción de las de toda la vida; muy divertida, la verdad. La sola idea de imaginar a los amigos de Sylvester Stallone protagonizando esta película erizará los vellos de los adictos a la adrenalina.

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