Hombres, mujeres y niños: un pequeño punto azul pálido

Buscar en Google a Carl Sagan, encontrar en Youtube el vídeo ‘Pale blue dot’ (‘Pequeño punto azul pálido’), descubrir que varios millones de personas lo han compartido en Facebook, que hay cientos de artículos en blogs dedicados al vídeo que viajan en Twitter con la etiqueta #Nosotros y que un tipo, una vez, intentó ligar con una astrofísica en un chat de IRC copiando textos literales de Carl Sagan.

De eso trata ‘Hombres, mujeres y niños‘: de Internet. De cómo un invento tan revolucionario nos ha cambiado la vida hasta crear una dependencia absoluta. De cómo un sistema de comunicación se ha convertido en una herramienta para fortalecer el ego, para generar espejismos de grandeza, para esperar mensajes sonrientes y no ojos nerviosos; para ver una ingente cantidad de porno. Y, también, de cómo Internet ha acercado historias que permanecían alejadas, de cómo ha conseguido que conquistemos mundos inimaginables, de cómo sentirse parte de algo estando a miles de kilómetros, de cómo las emociones viajan en palabras, de cómo mostrar sentimientos, de cómo estar aquí y allí, al mismo tiempo.

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Internet es una red que nos ha atrapado. Pertenecemos a Internet. Todos. Incluido usted, sí, el que asegura que no quiere saber nada de redes sociales. Y también usted, el que presume orgulloso de haber prohibido a su hijo usar Internet para que crezca como un niño ‘normal’. Todos somos Internet. De ahí que sea tan importante, tan fundamental, la educación. Una educación transversal que debe empapar, en primera instancia, a los padres. ¿Cómo es posible que aún haya padres que prefieran obviar la existencia de Internet? ¿De verdad queremos niños que crezcan creyendo que Internet es un arma de corrupción? Por supuesto, Internet y la tecnología tampoco puede ser la opción constante: esos niños que miran al mundo a través de las palmas de sus manos… Una vez más: educación. Y para educar hay que conocer.

‘Hombres, mujeres y niños’, de Jason Reitman (‘Juno’, ‘Up in the Air’), refleja la enorme complejidad que fluye en nuestro mundo. Y lanza una idea tan fascinante como aterradora: cada uno de nosotros somos un pequeño punto azul pálido en Internet, así como nuestro planeta es un pequeño punto azul pálido en el universo. Piénsenlo. Mañana hablamos un poco más de la película.

Respuestas de película

Ayer, un profesor entró en una clase de 2º de ESO -lo que era 8º de EGB, 13-14 años- y preguntó: “¿Quién sabe definir lo que es ‘monarquía’?” Los alumnos dudan por unos segundos, hasta que uno termina levantado el dedo para responder: “Eso es cuando hay un rey”. El maestro acepta la definición y la utiliza de enganche para comenzar la lección: ‘Monarquía y República’.

No había pasado ni la mitad de la hora cuando el señor profesor vislumbró ciertas dudas en el personal. Vaya, que no se enteraban de la misa la mitad. Con cierta curiosidad -y algo de picardía- les pide que saquen un folio y escriban, sin más, qué es España, “¿república o monarquía?”.

Recoge los folios. Las risillas entre los pupitres, los culos de mal asiento y los resoplidos son parecidos al ambiente que se respira tras un examen que ha sido un fracaso. El profe propone un ejercicio de sinceridad: “Venga va, que no os dé vergüenza, levantad la mano los que hayáis puesto ‘República’”.

Tres manos abajo. Veintiséis manos arriba. ¡¡Por las barbas de Fray Leopoldo, veintiséis!!

Conforme me contaban la anécdota -que es real como que el aceite de Jaén es el mejor de España-, me venía a la cabeza la genial escena de ‘La Ola’ (Dennis Gansel, Alemania, 2008), en la que el profesor les dice a sus alumnos “hay que saber cuándo se vive y dónde se vive. Hay que saber por qué la vida es como es y cómo llegamos a ella. Olvidar la Historia es aceptar que volveremos a equivocarnos”. Y, aunque los adolescentes de este film terminan de una manera mucho más dramática (si no la han visto, háganlo; muy recomendable), sí que encuentro cierto paralelismo. Al final la lección es la misma en las películas, en los libros y en las aulas: la ignoracia es muy atrevida.