Quentin Tarantino presenta ‘El hombre de los puños de hierro’, un film definido por los entendidos como pulp-hard-kungfu-violence-comic-pop-ninja-gore-streetfighter-mortalkombat-movie. No voy a discutir el atractivo que genera para los amantes de este tipo de películas -entre los que me incluyo, conste-. A ver: un rapero, el oscarizado gladiador Russell Crowe y un puñado de japos cabreados dando patadas y puñetazos, ¿quién se resiste?
El asunto es que el guion de esta película, perdonen el atrevimiento, me resulta extrañamente parecido al de una serie de cómics protagonizados por el héroe de Marvel, atención al nombre, ‘El Inmortal Puño de Hierro’ (Iron Fist, para los puristas). No sé por qué caí en la tentación, supongo que sería la necesidad de un chute de adrenalina gráfica o un impulso consumista, pero hace unos meses me compré la serie en cuestión. El cómic cuenta la leyenda de Daniel Rand y su paso por el torneo de los Siete Reinos, al que acuden guerreros de toda índole: un gigante campeón de sumo, un asesino habilidoso con las cuchillas, una especie de hombre arácnido… En fin, bizarradas a las que nunca se enfrentó Bruce Lee.
‘El hombre de los puños de hierro’, presentado por Quentin Tarantino (perdonen que insista en este dato, pero es que lo de las promociones es cada vez más gracioso) trata de un torneo en el que hay gente muy fuerte y todos luchan entre ellos… Vaya, que el guion, escrito por RZA (el rapero), con la colaboración de Eli Roth (‘Malditos Bastardos’) y presentado por Quetin Tarantino (ejem), parece una patochada importante.
¿Qué conclusión sacamos de todo esto, amigos? La única posible: que yo, como el resto de amantes de este tipo de películas vacías de filosofía y repletas de mamporros a mansalva, estamos deseando pagar nuestra entrada. Qué carajo. Total, ya vimos ‘The Quest’ de Jean Claude Van Damme y seguimos vivitos y coleando. ¡Zasca!