El nombre del viento, la serie

He contado cientos de veces las caras de asco y la mirada prepotente que me dedicaban ciertos contertulios cuando les recomendaba la saga literaria ‘Juego de Tronos’. Claro, todavía no era famosa por la serie de televisión y nadie la tomaba en serio: ¿Leer un libro gordo? ¿Enanos, caballeros y dragones? ¡Eso es cosa de niños! Mira tú por dónde, el tiempo puso las cosas en su lugar y, aquellos mismos que dilapidaron los libros de mi estantería, ahora se confiesan fans irreductibles de George R. R. Martin.

Precisamente fue tras una visita del escritor a Granada, el día en que un puñado de lectores le conocimos en persona (cuando no llenaba auditorios inmensos) en una humilde tienda de cómics del centro de la ciudad, cuando vaticiné, literalmente, lo siguiente: “cuando se estrene la serie de la HBO, aquí no entrará un alfiler”. El resto de la historia ya la conocen: máxima audiencia en televisión, récord de venta de novelas, un fenómeno que crece cada día…

Desde hace unos años me pasa exactamente igual con ‘El nombre del viento‘, la primera entrega de la saga de Patrick Rothfuss. Empecé a recomendarla, pero la respuesta, aunque no tan violenta -utilizaba una estrategia muy sagaz: “recuerda lo que pasó con ‘Juego de Tronos’”- ha sido mínima. Pues resulta que la FOX, que ya anunció el año pasado su intención de convertirla en una serie de televisión, ha empezado a mover fichas: Arnon Milchan (‘El Club de la Lucha’) liderará al equipo de producción y Eric Heisserer (‘La Cosa’) al de guionistas. Además, ya se está buscando al actor idóneo para interpretar a Kvothe y al resto de personajes de la conocida como ‘Crónica del Asesino de Reyes’.

Les podría contar de qué va ‘El nombre del viento’ o ‘El temor de un hombre sabio’, las dos novelas ya publicadas en España (aún no ha salido el tercero, ‘Las Puertas de Piedra’). Podría hablarles del virtuosismo de los edena, la simpatía de la Universidad, el sigilo de Auri, la belleza de Felurian, el humor de Sim, los gestos de Tempi o, tal vez, de cómo empezó la leyenda del ‘sin sagre’ y sus tres silencios. Pero, qué demonios, ¡tienen las novelas esperándoles en la librería!

PDT. Patrick Rothfuss asistirá a final de mes al Celsius 232, festival de literatura fantástica de Avilés. Acompañado, entre otros, de George R. R. Martin. Guiño, guiño.

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David Benioff y D.B. Weiss

Ahora que vuelve ‘Juego de Tronos’ a la palestra es justo hablar de ellos: David Benioff y D.B. Weiss. Mientras que George R.R. Martin es el alma máter de la guerra por la corona de ‘Canción de Hielo y Fuego’, Benioff y Weiss son los escritores a la sombra del escritor. Y, por una vez, no se trata de un ejército de talentos que ceden su espada al héroe consagrado. Es cierto que Martin, después de muchos años -la mayoría de su vida- aislado en el anonimato de su teclado, se relame con las mieles del éxito. Merecido éxito. Pero tomen nota porque los responsables del guión de la serie son, por pleno derecho, apuesta de futuro.

Leí a Benioff cuando la serie de la HBO era aún una entelequia. ‘Ciudad de ladrones’ es una novela humilde, como el típico compañero de trabajo que se sienta en silencio y no hace ruido, pero cuando hay que dar una idea es el que tiene las mejores. Cuenta la aventura de Lev y Kolya, dos jóvenes rusos que, en un Leningrado devastado por el ejército alemán, en el invierno más frío que se recuerda, el de la Segunda Guerra Mundial, deben salir a la calle y encontrar una docena de huevos para la hija de un coronel. ¿Si no lo hacen? Morirán fusilados.

‘Ciudad de ladrones’ se lee rápido, con gusto, gracias a un ritmo muy cinematográfico y a una bien entendida combinación de humor y aventura. Una fantástica novela en la que es fácil intuir ese invierno que se acerca, esos niños que se abren paso y esa crueldad que caracteriza a los seres fríos, ambiciosos y terribles que habitan a este lado del muro.

Con respecto a Weiss, me encantaría decirles que he leído ‘Lucky Wander Boy’, su primera novela inspirada en la edad dorada de los videojuegos: el píxel. Pero no se ha editado en España. Él también es el encargado de escribir el guión de la película de ‘Halo’ y de ‘El Juego de Ender’.

Disfruten con la magnífica ‘Juego de Tronos’, una serie de la HBO, George R.R. Martin, David Benioff y D.B. Weiss. Cuatro nombres propios.

 

 

Juego de Tronos estrena ‘Chaos’, trailer de la tercera temporada

Juego de Tronos estrena nuevo trailer de la tercera temporada. Bajo el título de ‘Chaos’, los amigos de la HBO despiertan, una vez más, la más perturbadora curiosidad. Un trailer que habla del desorden, del caos, que debe imperar para crear un nuevo reino. Un caos que los lectores estamos deseando ver en pantalla y que los espectadores -se lo aseguro- no esperan. Juego de Tronos vuelve el próximo 31 de marzo.

Basada en las novelas de George R. R. Martin, la tercera temporada de ‘Juego de Tronos’ adaptará ‘Tormenta de Espadas’. La serie está producida por David Benioff, D. B. Weiss, Carolyn Strauss, y Frank Doelger; todos bajo la tutela del propio George R.R. Martin, Vanessa Taylor, Alan Taylor, Guymon Casady, Vince Gerardis y Bernadette Caulfield.

Vean ‘Chaos’. Vean esas caras ir y venir de la oscuridad, de un rincón oscuro donde solo reinan los que saben mover fichas en el tablero; en el ‘Juego de Tronos’.

George R. R. Martin

Ayer volví a la librería donde le conocí. Voy a menudo para bichear entre sus estanterías y, de vez en cuando, llevarme una nueva historia a casa. Allí he descubierto grandes personajes: el inmortal Puño de Hierro, el habilidoso Usagi Yojimbo, el sagaz Corto Maltés, la socarronería de El Escorpión… Pero solo he podido estrecharle la mano a uno de ellos: George R. R. Martin, el autor de ‘Juego de Tronos’. Porque Martin, pese a su evidente relación con el mundo real, es, ante todo, un personaje de libro: es pequeño pero grande, orondo; sus grandes y rechonchos dedos se mueven con agilidad cuando empuña la pluma, la sonrisa, tan tierna como indagadora, se convierte en el centro de atención de un rostro blanco y barbudo. Sentado en el sillón parece que se haya olvidado el casco y el hacha en algún sitio: George R. R. Martin es un enano de Tolkien. O quizás un mago.

Fue el 25 de julio de 2008. Por aquel entonces, ‘Juego de Tronos’ era una saga literaria compartida en exclusiva por los feroces lectores de literatura fantástica y algún que otro despistado más. El boca a boca transmitido en las propias librerías, de unos a otros, había convertido a ‘Canción de Hielo y Fuego’ (la primera novela) en un mito exclusivo, un club de privilegiados en el que solo se exigía una condición para entrar: leer.

Yo mismo, que llegué a Westeros gracias a la recomendación de Damián y Rubén -dos de esos lectores feroces-, insistí a amigos y familiares a darle una oportunidad a la novela: “no os hacéis una idea de lo que os va a gustar”, les decía. Muy pocos me hicieron caso (mi madre, entre ellos, que ahora debe ser la mayor experta en emblemas, títulos y genealogía de todas las familias a este lado del muro), pero los que siguieron los pasos no se arrepintieron.

La HBO fue un eslabón más. Una voz con poder que decidió colocar a Martin en el trono que merecía. La primera temporada de la serie de televisión ya ha terminado en EE.UU tras un éxito arrollador. Millones de espectadores en todo el mundo lamentan ahora la terrible espera que sufrirán hasta que se estrene la segunda parte en televisión. Otros, los menos, los que ya hemos leído más de dos mil páginas sobre los Stark, los Lannister y otras familias que aún ni sospechan, llevamos así dos años: ¿Para cuándo la quinta novela?

George R. R. Martin es un tipo entrañable. La foto, del 25 de julio de 2008, en Granada.

Juego de Tronos

Mientras que los tronos de Semana Santa desfilan por las calles de su ciudad, los ‘clicks’ de los ratones de medio mundo apuntan a una de esas polémicas descargas que aceleran el cambio y revolucionan la emisión: ‘A Game of Thrones S01E01’. La HBO es una cadena que no hace series de televisión, hace películas a lo grande. Y ‘Juego de Tronos’ no es una excepción. Después de ver el primer capítulo, el miedo a que la versión desprestigiara los libros de George R. R. Martin se ha disipado por completo.

Los que hemos leído las novelas (seremos muchos más cuando termine la primera temporada de la serie, tiempo al tiempo. La televisión les hará leer, ya verán) estamos deseando que todos conozcan la grandeza del enano Tyrion Lannister, el arrojo de Arya Stark o la sutileza de Meñique. Son decenas de personajes que completan una de las historias más apasionantes de la fantasía moderna.

La factura final del producto es excelente. Para que se hagan una idea, nada más que el ‘opening’ de la serie ha cosechado un aluvión de piropos y fervientes declaraciones de amor. Les aviso con tiempo para que no les pille por sorpresa. Deben ser conscientes de que se acerca un nuevo ‘boom’ del que todos hablarán por la calle, en la cola del supermercado, en las tiendas de cómics, mientras devoran una tostada.

Y entonces, quizás se sorprendan confesándose fans absolutos de ‘Juego de Tronos’. Se arrepentirán de haber tardado tanto tiempo en descubrir lo que escondían tan fabulosas novelas. Y, más aún, se arrepentirán de no saber quién era George R. R. Martin, escritor y productor de la saga que confesó en su última visita a Granada que la Alhambra le había inspirado uno de los reinos protagonistas. Una visita que sólo unos pocos presenciamos. Los mismos que ahora presumimos, cada día más, con nuestro tomo dedicado: “Winter is Coming, George”. Pera esa historia se la cuento en otro momento.