En la última página de ‘La broma asesina’ (Alan Moore, 1988), el Joker le cuenta un chiste a Batman y consigue hacerle reír. ¿Se imaginan la redención? Después de años de intentos, la frustración del payaso era enorme. Había cantado, gritado, bailado, robado, secuestrado y matado. Todo lo que estaba en su mano para sacarle una mueca de comprensión al hombre murciélago.
El Joker es un personaje muy interesante. No por su concepción maquiavélica y psicópata, sino porque es fiel reflejo de la parte más canalla, sádica e hipócrita del ser humano. La parte que más utilizamos. Las miradas torcidas de Jack Nicholson y del malogrado Heath Ledger retrataron al detalle la versión más bizarra del guasón, un tipo con un desmesurado afán de protagonismo que nubla el juicio de la sociedad.
En el día de los inocentes destaca una muy desagradable broma: CNN+ cierra para travestirse en un canal de Gran Hermano. A priori podría parecer una hazaña que el Joker estaría encantado de firmar. Pero no es así. El archienemigo de Batman siempre pinchaba donde sabía que iba a escocer. En este caso, como ha quedado patente, no es así.
No se engañen. Y, lo que es más importante, no nos engañen. El cierre de CNN+ no importa un mojón. En general. Nosotros, la sociedad, haciendo gala de la parte que más utilizamos, nos llevamos las manos a la cabeza y lamentamos su pérdida. Pero casi nadie mueve un dedo. En realidad hemos ganado: ahora podremos ver siempre que queramos Gran Hermano, algo que coincidimos en llamar telebasura pero que consumimos sin reparos.
Si yo fuera el Joker -que no digo que lo sea, señor Wayne- piratearía todas las páginas de descarga de películas, series y música para convertirlas en un servicio de noticias 24 horas. Así, además de gente con criterio, levantaría a las masas. Justo donde escuece.
Pero lo que más me jode es que, con la que está cayendo, Iñaki Gabilondo dedique un momento para sacarnos una inevitable mueca de comprensión. Feliz día de los inocentes.