Temporada II: Sueños y patadas

Cuando el avión iba a despegar la chica ya estaba dormida. Minutos antes, en un gesto tan admirable como ingenuo, la italiana de ojos de verdes sacó un libro del bolso para apelmazar su mirada en la página 33. Alicia aún era una rubia de proporciones liliputienses cuando el peso de la tapa se hizo insoportable a unos parpados que huían de un escandaloso motor ‘lowcost’. Desconozco si tenía miedo a volar o si el cansancio era fruto de una calurosa noche de verano. De hecho, hasta aquél momento, desconocía todo de ella. Sólo en el cielo, con las alas desplegadas, descubrí que me había nombrado el protector de sus sueños.

La cabeza de la italiana de ojos verdes se desplazaba como el rocío en una hoja mañanera: lenta, acompasada, melosa y constante. Para, finalmente, caer en un remanso de paz: mi hombro. La posibilidad de que un movimiento brusco la sacara de su letargo me obligó a mantenerme firme. A construir, como el arquitecto, una fortificación donde ninguna turbulencia ni azafata presurosa tornara en pesadilla las infinitas posibilidades de un sueño.

Pese al cansancio acumulado durante diez días de trenes por centro Europa, me era imposible dormir. Y no por la postura forzada unida a la implacable incomodidad de los aviones para los que medimos más de metro ochenta. Viajar tiene ese misterioso poder de convertir las anécdotas en leyendas y las fotografías en lecciones. Asido a la libreta -mi tótem-, procuro mover el bolígrafo como esos japoneses que pincelan letras en la arena. Quiero dejar constancia, no olvidar y dejar soñar.

En dos horas de vuelo, la italiana de ojos verdes condensó mil vidas en un suspiro -de las que, como cantó la bella Piaf, no recordará nada-. Mientras que yo llegaba a casa, despierto y agotado, dispuesto a volver a la tecla y el papel, ella aterrizaba en una ciudad romántica, dormida y relajada, con el único objetivo de disfrutar sus vacaciones. “Para que unos sueñen, otros tienen que soportar la patada que nos devuelve al mundo real”, pienso. ¿Pero qué hay de malo en eso? ¿Qué hay de malo en proteger los sueños de otros? ¿Qué hay de malo en volver, resucitado, a lo de antes? Amigos, volvemos al Origen.

Nolan, Inception

Ocho películas. Ocho historias. Ocho éxitos. Christopher Nolan es el oasis cristalino de un océano que se seca. El cineasta inglés ha conseguido lo que muchos sólo alcanzan con el peso de las canas y la experiencia del haber sido. Nolan es un director idolatrado en todo el mundo por una filmografía que mezcla, a la perfección, la ciencia ficción más original, guiones electrizantes y una fotografía prodigiosa. Un currículum que, para alguien nacido en 1970, es toda una proeza.

Los inicios de Nolan se remontan a 1997 y su ‘Doodlebug’, una película que pasó como ejercicio práctico para lo que sería su primer éxito: ‘Following’. Con una estética en blanco y negro muy detectivesca, el film contaba la vida de un joven escritor que, falto de ideas, decide empezar a seguir a la gente de la calle. El método de inspiración se complica cuando descubre que se ha convertido en una obsesión y decide ponerse una serie de normas ineludibles como, por ejemplo, no seguir a la misma persona dos veces.

Pero fue en el año 2000 cuando Nolan pasó a ser un apellido en mayúsculas: Memento. El estreno de la película no fue tan sonado como su posterior visionado doméstico gracias al boca a boca. El público la convirtió en una imprescindible. ‘Insomnio’, su siguiente estreno, fue el paso a una película que le abrió las puertas del mundo entero: Batman Begins. Saga que sería completada por la magistral ‘El Caballero Oscuro’ -de la que ya hablaremos como corresponde-.

Si a todo este mix de personajes turbados, guiones latentes y fotografía impactante le sumamos la magia de ‘El Prestige’, llegamos a la más profunda definición de Christopher Nolan, a su origen. Un director que, desde el principio, apuntó maneras de revolucionario. Y no por ser el creador de ningún avatar estratosférico ni usar cámaras en tres dimensiones, sino por construir mundos con el poder de la mente. Ayer se estrenó el tráiler de su próxima película, ‘Inception’ (Origen, Inicio), en la que Leonardo DiCaprio y Ellen Page vivirán “un thriller de acción y ciencia ficción que transcurre dentro de la arquitectura de la mente”. Estreno, el 16 de julio de 2010. Respiren hondo, es Nolan.

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