Pixar se merece mi respeto por su inconmensurable capacidad de emocionar. Repetí “calle Wallaby” una y otra vez para ayudar a Nemo a buscar su hogar. Miré a mis padres y a mis hermanos como héroes ‘Increíbles’. Soñé con un romance en el que decir tan poco, “Eva”, fuera decir tanto. Tiré de la cuerda de Woody para ilusionarme con una infancia que no se debe ignorar. Escuché, entre las nubes, al piano de Giacchino dibujar la vida que se enfunda en la vida de un hogar que vuela alto, arriba, Up.
Como les digo, se merecen que crea en ellos y en su trabajo. Merecen que olvide la presencia de ‘Cars’ en una filmografía casi perfecta y, por tanto, que mantenga la fe en su próxima película ‘Brave’. Pero, la verdad, es que es la primera vez en los últimos años que un trailer de Pixar me defrauda tanto. Es cierto que no deja de ser una promoción, sin más. Sin embargo, la falta, a priori, de originalidad, y el regustillo a “copia de otra película” no me gustan un pelo.
En la última década hemos sufrido la absurda lucha del cine de animación: ¿tú sacas animalitos en Madagascar? Yo monto un zoo en Nueva York; ¿Tú sacas el fin de la Edad del Hielo? Yo saco un dinosaurio aventurero. ¿Tú sacas Megamind? Yo ‘Mi villano favorito’… En fin, ya ven por dónde voy. El caso es que Pixar se había mantenido al margen de esta estúpida competencia temática. Hasta ahora. Ya que ‘Brave’ tiene demasiadas similitudes con esa inesperada joya que fue ‘Cómo entrenar a tu dragón’, de la que, por cierto, Dreamworks prepara segunda parte.
A ver, el trailer es correcto. Apunta a tener una estética fantástica muy cuidada. Pero el rollo de héroe incomprendido que lucha contra el ser legendario de turno en un ambiente de bárbaros vigoréxicos… Me suena demasiado. Sinceramente, espero equivocarme muchísimo y ver, una vez más, el arte de Pixar en pantalla. Por ahora, solo queda especular.