Desde que el señor J.J. Abrams nos regalo la fantástica revisión de ‘Star Trek’ se ha convertido en un clásico de mi videoclub particular. Cada cierto tiempo me obsequio con un nuevo visionado de la aventura intergaláctica de Kirk y compañía. No es una película para ponerse científico ni docto. Tal vez no haya razonamientos objetivos para que sobresalga del resto, pero a mí me encanta. Me divierte muchísimo. De principio a fin.
Nunca fui un fan fatal de la saga trekkie. De hecho, tenía bastante olvidadas las películas originales -no tanto la serie de televisión, que sí la disfruté en las largas tardes de verano-. Siempre las vi como un intento fallido por alcanzar el glorioso cenit de ‘La Guerra de las Galaxias’. Lo curioso del asunto es que, cuanto más veo la nueva ‘Star Trek’, más olvido la última trilogía de Lucas. Confieso que, sin lugar a dudas, fui de los que admitió con rapidez: “Ojalá Abrams hubiera dirigido las nuevas de Star Wars”.
En fin. El caso es que ya empiezan a brotar noticias sobre la segunda parte de la nueva generación de ‘Star Trek’. Primero supimos que Benicio del Toro iba a ser el malo. Pero el revolucionario, finalmente, se bajó del tren. Lo que deja dos nombres para el papel. Dos hispanos: el venezolano Edgar Ramírez (de la saga Bourne) y el español Jordi Mollá. Teniendo en cuenta la tirria personal que se ha granjeado Mollá gracias a sus nada sobresalientes papeles previos como perverso traficante de droga en Hollywood, preferiría que el papel recayera en Ramírez.
Todo apunta -aunque Abrams se empeñe en negarlo- a que los amigos de la eñe interpretarían al insigne Khan, que apareció por primera vez en la segunda entrega de la saga fílmica. Habrá que esperar hasta el 17 de mayo de 2013 para ver el resultado. A ver cuántas veces me da tiempo a ver el periplo de la Enterprise… Qué paciencia, madre.