Jano -insigne humano transmutado en un perro- y un servidor -todo lo contrario- paseaban por el centro de la ciudad. Mientras que uno de los dos se ciscaba, literalmente, sobre la prensa diaria, dos ilustres chavales comienzan una acalorada discusión sobre literatura y cine porno.
-Como lo oyes. La serie de televisión de ‘Los Pilares de la Tierra’ es una gozada. Creo que es de las pocas veces que un producto audiovisual puede estar orgulloso de haber, como poco, igualado al libro original.
-Bah. La de veces que he escuchado eso de que una película ha mejorado incluso a la novela. No me puedo creer que hayas picado en esto…
-Ya. Pero es que en este caso no es una película. Se trata de una serie de televisión, lo que permite profundizar más en los personajes y en la historia. Y, además, respetar la trama.
-Pues a mi me han dicho que el primer capítulo cuenta demasiadas cosas, que te pierdes. ¡Menuda caca!
Jano me mira orgulloso. “No, amigo perruno, no hablan de ti”. La conversación sigue:
-Sí, es verdad que tiene mucho ritmo, pero era la manera de poder centrarse, en el resto de siete episodios, en la trama que engancha de verdad. Además, tampoco es para tanto…
-Bueno mira, supongamos que realmente la serie está bien hecha. ¡Una entre un millón!
Jano ahora está convencido de que hablan de su escultura natural y me mira con desprecio, como si no me enterase de nada.
-Te vuelves a equivocar joven Padawan. En unas semanas se estrena ‘The Walking Dead’, que tiene una pinta genial, y en unos meses ‘Juego de Tronos’, que va a ser…
-Otra caca -interrumpe-
-No, ¡legendaria!
El perro, henchido de orgullo, inicia sus andares hacia la próxima esquina, donde las voces de los pequeños ruiseñores no se escuchan. La conversación sobre cine porno será para otro día.