Dicen que Jason Statham es un tipo magnético. Como el compañero malo de clase que todos mirábamos de reojo, para ver si hacía un chiste o una gracieta cruel, cada vez que el profesor se equivocaba. Nosotros éramos buenos y nos quedábamos calladitos. Pero nos gustaba confirmar que había un capullo dispuesto a avergonzar al maestro. Ése es Statham. El maldito bastardo, el crank dopado, el conductor imprudente, el asesino mecánico… Y, ahora, ‘Parker’. O, lo que es igual, el mismo personaje una y otra vez, en distintas películas y con distintos directores.
Taylor Hackford (‘Oficial y Caballero’) dirige ‘Parker’ guiado por los preceptos de la escuela ‘Control C, Control V’. A saber: copias lo que hay y lo pegas en otro documento. Parker (Statham) es un ladrón de duras convicciones, generoso con los buenos e implacable con los malos. Sin embargo, su banda no sigue sus mismos ideales y, al terminar un golpe, le matan. O eso creen ellos porque Parker sobrevive y, claro, busca venganza.
Entre medias, y todavía no tengo muy claro el porqué, aparece Jennifer López como una sugerente vendedora de casas y Nick Nolte como el padre de la novia.
‘Parker’ no goza de grandes efectos especiales ni de acción imponente ni de un guion intrigante. ‘Parker’ solo goza de Statham. Que es, desde luego, lo que debe buscar aquel que esté dispuesto a pagar una entrada. Es fácil: ¿te gusta lo que hace el protagonista de ‘The Mechanic’ en sus películas? Pues eso es lo que hay, ni más ni menos.
Aunque, por hacer honor a la verdad, dentro del género Statham, ‘Parker’ es de las más flojitas. Da la sensación de que los productores se arrepintieron de hacer la película a medio camino y, como ya no tenían escapatoria, la terminaron a lo loco. El film de Hackford no tiene ninguna trascendencia más allá de engrosar el vitaminado currículo de la estrella.