Adventureland aprovecha la crisis económica que hoy vivimos para recordarnos que no es algo nuevo. Que cada cierto tiempo nos organizamos para sufrir las consecuencias de la macroeconomía, del desempleo y de la incapacidad de poder cumplir todas nuestras aspiraciones por no tener suficientes ceros en la cuenta corriente. Pero, sobretodo, Adventureland es un prólogo a la vocación encontrada.
Greg Mottola (Supersalidos) dirige una cinta en la que su protagonista, Jesse Eisenberg -uno de los actores jóvenes de moda en Hollywood junto a Michael Cera (Juno)- ve truncados sus sueños de ser un periodista trotamundos cuando su padre es descendido en su trabajo. Para ahorrar, coge un trabajo en el parque de atracciones del pueblo, en el que conocerá a todo tipo de personajes.
Destacan dos actores: Ryan Reynolds, otro de los tipos de moda que prepara dos películas del mundo del comic, Green Lantern y Deadpool. Y, el motivo amoroso, Kristen Stewart, toda una sorpresa porque, desde que vi las dos partes de la saga Crepúsculo, tenía muy asumido que la capacidad de actuar de esta chica era muy limitada. Para mi sorpresa, hace un papel entrañable, en un estilo que recuerda mucho a su trabajo en la imprescindible ‘Hacia rutas salvajes’.
Sea como sea, la magia de Adventureland recae por completo en Eisenberg, que con una cara, a priori, poco comercial, atrapa la atención de las cámaras y consigue hacernos revivir aquél día en el que trabajamos detrás de la barra de un bar, en una cafetería o repartiendo publicidad mientras soñábamos con el día en que cumpliríamos nuestra vocación. Eisenberg, por cierto, al que seguiremos en breve la pista con Zombieland.