Los tres mosqueteros 3D

Lo que más duele son las letras del final: “Basado en la obra ‘Los Tres Mosqueteros’ de Alejandro Dumas”. Eso es como si al final de ‘Crepúsculo’ pone “basado en la obra ‘Romeo y Julieta’ de William Shakespeare”: una obviedad y, claro, un insulto. En esta era del ‘todo vale’ no decimos robar y mancillar, sino ‘adaptar’. Entiendo que hacer una película de los mosqueteros es algo goloso. La historia y los personajes son tan fantásticos que siempre será una perita en dulce para sus productores. Ahora bien, estos revolucionarios que nos regalan obras de culto como ‘El Mosquetero’ o, sin ir más lejos, ‘Los Tres Mosqueteros 3D’, deberían arder en la hoguera.

Paul W.S. Anderson (‘Resident Evil’, ‘Alien vs. Predator’), por lo menos, es un tipo sincero y sale a la palestra como lo que es, un paleto de los que dicen: “Lavín compae, he visto una peli tó wapa en la k tres flipaos k parecen ninjas pelean contra malos con espadas, barcos que vuelan y cañones tó petaos, tío, parece k estés con la plaaay. ¡Y encima sale la pava esa que está cachondísima!”. Y, antes de seguir, ¿saben que es lo peor? Que planean convertir esto en una franquicia tipo ‘Piratas del Caribe’. Insoportable.

Es insoportable la absoluta lacra de originalidad. Es insoportable ver pasar las horas y que todo la historia sean retazos mal cosidos, mal contados, malinterpretados, de una de las más bellas historias escritas por el ser humano. Es insoportable ver a actores intentar salvar un desastre tan épico. Es insoportable que, encima, te lo vendan como ‘3D’, cuando, una vez más, los efectos mágicos quedan relegados a unos títulos de inicio cutres y forzados. Pero, sobre todo, es insoportable pensar que pueda existir una persona en el mundo -un joven, un niño- que descubra a Athos, Portos y Aramis gracias a esta película.

El patetismo efectista que rodea a ‘Los Mosqueteros 3D’ no la convierte en una de esas cintas que, por lo menos, entretiene. No olviden lo que es: un insulto. ¿Quieren una experiencia nueva con una historia que ya conocen? Dejen que les proponga una idea que, quizás, ni siquiera habían valorado: lean el libro.

Los tres mosqueteros

La vida de Brian es indiscutiblemente maravillosa. Por eso me revienta hasta el extremo cuando alguien suelta lindezas del tipo “¿y eso qué es?” o, peor aún, “a mi no me hace ninguna gracia esa película”. Los Monty Python son los reyes del absurdo elevado a comedia, a arte. No sabría decir cuantas veces he tenido la charla, con mis amigos, después de una sobremesa. Basta con que uno recuerde una escena de la cinta para que, minuto a minuto, desmembremos el resto de los chistes. Como si fueran nuestros.

Ayer, Cuatro, nos regaló a Brian crucificado cantando aquello de ‘allways look on the bright side of life’ (lalá, lalá, lalá lalalá) y me volví a emocionar. La verdad es que Cuatro se está portando estas vacaciones con una programación de cine sabiamente seleccionada: aventuras, animación y humor. Un buen gancho para conseguir nuevos cinéfilos entre los más jóvenes de casa.

Hoy emiten ‘Los tres mosqueteros’. La versión que dirigió en 1993 el olvidable Stephen Herek (101 dalmatas), con Charlie Sheen (menos borracho que ahora), Kiefer Sutherland (sin persecuciones de 24 horas), Oliver Platt (físicamente irreconocible si le comparamos con su papel en 2012) y Chris O´Donnel (¿Qué pasó con este muchacho? Cuánto daño hizo ‘Batman y Robin’…).

Esta película, cuyo gran éxito fue la canción de Bryan Adams -All for love-, me hizo un gran favor cuando yo contaba con once años. Por aquel entonces yo no leía ni las preguntas de los problemas de matemáticas. El libro era el enemigo a batir. Para mí, al contrario que para la inmensa mayoría, ver los Tres Mosqueteros en el cine despertó mi interés por el personaje de Athos -siempre me gustaron los líderes en segundo plano-. Al llegar a casa, le limpié el polvo y empecé a leer a Dumas. “Todos para uno y uno para todos”. Es tan fácil hacerme feliz.