¿Han vivido alguna vez un entierro en un pueblo de España? No importa, en cualquiera. Bueno, sí importa, me refiero a un pueblo, pueblo. De los que huelen a pan por la mañana y a campo por la noche. De esos en los que ser vecino implica ser confidente, en los que no hay puertas cerradas ni falta sitio para un cubierto más. Allí se vive la muerte con un protocolo agotador: largas colas de pésame, misas lacrimógenas y horas interminables en vela. Pero, lo más horripilante de todo, para mi gusto, es el luto. El viudo o la viuda pueden estar años vistiendo el negro, en memoria de su amor perdido. Como si vivir después fuera una carga, un sentimiento de culpa. Es un trauma que se estira y que, me van a perdonar, me sabe a viejo -con todos mis respetos, por supuesto-.
Siempre pensé que la España más profunda está afincada al trauma. Al dolor. Creo que somos pesimistas por naturaleza, nos gusta ser víctimas. Quizás peque de ignorante, ya me daré cuenta cuando crezca. Pero ahora mismo lo siento así. Y creo que esa angustia que tanto nos obnubila se traslada a nuestra cultura. A nuestro cine.
El próximo viernes se estrena ‘No tengas miedo’, la última de Montxo Armendáriz (‘Historias del Kronen’, la película que toda una generación vimos en las clases de tutoría del instituto). Y conforme leía la sinopsis de la cinta el gesto se iba torciendo hacia una postura incómoda. “Silvia es una joven marcada por una oscura infancia en la que sufrió abusos sexuales. Con 25 años, decide rehacer su vida y enfrentarse a las personas, sentimientos y emociones que la mantienen ligada al pasado”.
Que sí, que puede que me trague mis palabras, pero allá van: no me apetece verla. Y digo más: ¿por qué (casi) todo el cine español tiene que ser un ensayo sobre el trauma? No quiero decir que todo tenga que ser Torrente o que no haya que rodar dramas. Pero, no sé por qué, ‘No tengas miedo’ me echa para atrás antes incluso de verla. Puede que sea porque nunca me gustó el luto -ese trauma que se estira-, porque el cine español lleva demasiado tiempo vistiendo el negro.