Mi amigo Jeff me contó una vez una pequeña anécdota sucedida en un pequeño hogar estadounidense. Póngase en situación: padre, madre e hija. Una familia completa que comparte vida en una gran casa, como las de las series de televisión. Resulta que después de los primeros días de vacaciones, el padre propone ir a Avilene, la ciudad más cercana, para cenar, dar un paseo y echar un día en familia. Una actividad que a él, en realidad, no le apetece nada de nada. Pero cree que su familia está esperando que haga la propuesta, como hace todos los años. La madre, con una enorme sonrisa en la cara, acepta encantada, pero no porque le haga especial ilusión. Ella quería terminar la novela que estaba leyendo, aunque ya que su marido está tan ilusionado con el plan, no quiere chafárselo. La hija, a sabiendas de que su madre siempre se está quejando de que pasan poco tiempo juntas, decide soltar un “¡genial!” ante el plan de sus padres. No obstante, esa tarde es la ‘season finale’ de ‘Perdidos’ y realmente preferiría quedarse en casa. Ya por la noche, de vuelta al hogar, empezaron a hablar del día para descubrir que todos se habían aburrido como ostras y que habían aceptado el plan pensando que el resto sería más feliz así.
‘Noche loca’, la última comedia de Shawn Levy (‘Una docena en casa’), parte de una premisa parecida a la de Avilene: de tan buenos que queremos ser con nuestra pareja, terminamos cayendo en rutinas marcadas por la inútil originalidad del tic-tac del reloj y las hojas del calendario. Para Steve Carell y Tina Fey todo cambia en una de esas noches premeditadas cuando, de repente, hacen algo imprevisto que desencadenará en una serie de catastróficas, pero divertidas, desdichas.
La cinta se enmarca en un género que baila en un limbo entre la acción y la comedia. Es un evidente esfuerzo por llevar a sus dos protagonistas, estrellas mediáticas en EE.UU., a desarrollar a lo grande sus talentos para provocar la risa. Una intención admirable que se queda a medio camino de todo y que, probablemente, les haga reflexionar sobre por qué los guionistas de cine no son capaces de sacar en dos horas todo lo bueno que vemos en 20 minutos de un capítulo de televisión.
En cualquier caso, con ‘Noche loca’ la sonrisa siempre está presente y el entretenimiento, asegurado. Carrel y Fey les dejarán, entre gags y cameos de lujo, la pregunta del millón: ¿Estamos yendo hacia Avilene?