¿Qué tiene el señor Bond?

El tiempo en el cine utiliza una métrica descompensada con la vida real, ¿verdad? Estaba recordando las películas de James Bond protagonizadas por Daniel Craig y he tenido que comprobar dos veces, en dos bases de datos distintas, las fechas de estreno de ‘Casino Royale’ y ‘Quantum of Solace’. La primera es de, atención, 2006. Y la segunda, redobles, ¡de 2008! Ahora, si son tan lentos como yo, empiecen a contar y descubrirán que han pasado seis años desde que Craig se estrenara como 007. Qué quieren que les diga, tenía la sensación de que fue hace mucho menos.

En cualquier caso, la llegada del agente británico siempre causa un revuelo mediático espectacular. Debe ser una de las pocas franquicias para las que no importa lo que se cuenta, sino cómo y cuándo se cuenta. Quiero decir, fíjense en las noticias: subastas benéficas, acontecimientos mundiales para ver el trailer, pases de modelos, portadas de todas las revistas… James Bond es una mitología poderosísima.

Quedan pocas semanas para el estreno de ‘Skyfall’ y, como a todo el que ponga la televisión, me han dado ganas de verla. Es inevitable. De repente he recordado que me gusta mucho James Bond, que deseo sentarme en la butaca a disfrutar de sus dos horas de acción y a escuchar la memorable banda sonora mientras Daniel cruza un tren en llamas o huye de una explosión inminente. Lo que sea.

En esta vorágine bondniana, estuve a poco de pasar la mañana del sábado viendo ‘Quatum of Solace’. Por suerte, tardé poco en recuperar la absoluta y arrasadora sensación que sufrí hace cuatro años: fue un tostón insoportable, sin pies ni cabeza. Y ahora, con las ganas renovadas por la película de Sam Mendes, no tengo más remedio que preguntarme: ¿Qué tiene el señor Bond que gana antes de empezar?