Scott Pilgrim contra el mundo

El sonido de 8 bits es como el primer rotulador que Steve Ditko utilizó para dibujar a Spiderman o el Casio rojo en el que Michael Giacchino aprendió a tocar cumpleaños feliz. Es mucho más que el ‘clin’ que suena cuando Mario sacaba monedas en la Nintendo o las patadas ‘flosh’ de Ryu a Ken en ‘Street Fighter’. Es el origen de una infinidad de consecuencias creativas, uno de los pilares sobre los que se sustentan las historias modernas.

‘Scott Pilgrim contra el mundo’ es una oda a esa esencia. A un mundo que baila entre los videojuegos, el cómic, el cine y la ciencia-ficción. La película de Edgar Wright (‘Zombies Party’) es una imparable sucesión de guiños a la cultura Pop repleta de onomatopeyas, líneas cinéticas, caricaturas y píxeles.

El guión, basado en los seis tomos que componen el cómic, nos presenta a Scott Pilgrim (Michael Cera, ‘Juno’), un bajista veinteañero que toca en un grupo de rock ansiosos por conseguir un contrato discográfico. El chaval, que ha tenido mucha suerte en esto del amor, conoce a Ramona Flowers (Mary Elizabeth Winstead, ‘La Jungal 4.0’) y el flechazo es instantáneo. Sin saber muy bien cómo, termina saliendo con ella, lo que hará que se tenga que enfrentar, en duelos a muerte, a la ‘Liga de los Ex Novios’.

A estas alturas deben haber llegado ya a la siguiente conclusión: es una cinta que encantará a los frikis/geeks. Consigue, sin salirse del lenguaje cinematográfico, trasladarnos la sensación de estar paseando por viñetas, sin olvidar la continua catarata de referencias consoleras (desde Pacman hasta Final Fantasy, pasando por Zelda o Tetris). Pero, además, creo que también divertirá a los profanos en la materia ya que, por encima de todo, son dos horas muy divertidas (¿Yo? Del primer grupo, por supuesto. Y a mucha honra).

Pilgrim

La anarquía de Internet es así: publica algo y el mundo entero lo sabrá. Y, lo que es peor, lo buscará. Amigas distribuidoras, productoras y demás serpientes enroscadas, tenemos que llegar a un acuerdo. Porque la paciencia tiene un límite. Como ustedes bien sabrán, hay ciertos productos que no pasan desapercibidos. Quiero decir, si deciden estrenar en España ‘Imparable’ tres meses más tarde que en EE.UU. no pasa nada. Nada de nada. Sin embargo, ¿a que no se plantearían poner en cartelera tres meses tarde ‘Crepúsculo’ o la última de ‘Harry Potter’? ¿Por qué? Porque saben que esas películas llevan una serie de correligionarios amarrados a las imágenes promocionales, trailers, entrevistas, declaraciones… En definitiva, son fans antes si quiera de que vean la luz. O la oscuridad de la sala, en este caso.

Me veo en la obligación -otra vez- de hacerles caer en el error que han cometido con ‘Scott Pilgrim contra el mundo’. La cinta en cuestión, basada en un popular cómic del mismo nombre, se estrenó el pasado 13 de agosto. Que, con un poco de aritmética, recalarán en la distancia exacta: tres meses. ¿Qué puede pasar en tres meses? Se preguntarán. Yo se lo digo: en tres meses da tiempo a que la cinta sea comentada por las principales páginas de cine que son, por cierto, yankis. Los españoles, que hemos estudiado inglés, oigan, las leen. Se mosquean porque no pueden verla y participar en el debate candente universal, potenciado por las redes sociales y los innumerables vídeos y virales que brotan por la red. Los amigos del hotdog y el pavo asado en acción de gracias, que son muy generosos, deciden, pasado un mes y medio de su estreno, que van a subir a Internet una versión con calidad deuvedé de la película. Dejando la tentación ahí, al alcance de la mano, para que un español con ansias de fama 2.0 se anime a ponerle subtítulos en español. Y, voilá, tres meses después los frikis que estaban deseando gastarse su dinero para ver la cinta ya son menos. ¿Ven por dónde voy?

Luego vienen las quejas: ¿cómo es que ha venido tan poca gente al cine? ¿no se suponía que esto era una de masas? ¿por qué nadie ve ‘Perdidos’ en TVE? Bla,bla,bla.

Por si no ha quedado claro, ¿se imaginan lo complicado que ha sido no ver ‘Scott Pilgrim contra el mundo’ durante estos tres meses?